En un vídeo Samira Jassam hizo una confesión, en la que explicaba cómo las preparaba mentalmente para las operaciones de martirio, explicandolas que la única forma de evitar la
vergüenza y redimir su culpa era dando su vida por la Yihad (guerra santa), después las mandaba con terroristas que proveían a las mujeres con los explosivos necesarios para
inmolarse. Finalmente la madre de los creyentes llevaba a estas mujeres a los lugares donde estaban sus objetivos.
Samira confesó su responsabilidad por estas acciones, y confirmó que 28 intentos fueron preparados en la base de los terroristas, supuestamente ella está vinculada al grupo
insurgente Ansar al-Sunnah.
Dos de los ataques de los que Samira Jassam ha admitido ser responsable en un video confesión tuvieron lugar en la provincia de Diyala, en el centro de Iraq, zona que es
considerada una de las más peligrosas del país. Los reportes militares de la prensa asociada de EE.UU. muestran cifras que indican que por lo menos 36 mujeres terroristas suicidas
intentaron o llevaron a cabo 32 ataques el año pasado. Con frecuencia las mujeres pueden pasar por los puestos de control militar sin ser revisadas, esto hace que sea más fácil
para ellas ocultar explosivos bajo sus ropas tradicionales.
Tras ser capturada por la policía de Iraq, Samira confiesa sin remordimiento sus acciones, que por sus creencias religiosas son justificables por el Corán. Ahora es madre de sus
colegas en una cárcel de Iraq ya que sus víctimas son mártires por la causa de Alá, mientras espera el juicio en su contra.
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