JON VENABLES Y ROBERT THOMPSON

"James, el único hijo de Ralph y Denise Bulger estaba a punto de cumplir tres años, y el día en que ocurrió la tragedia el pequeño andaba especialmente rebelde; no quería estar en brazos sino caminar por su cuenta en el centro comercial donde se encontraba con su madre.
En las tiendas James se divirtió revolviendo ropa, eligiendo sus caramelos favoritos y un zumo de frutas. Poco antes de irse, Denise lo dejó en la puerta de la carnicería mientras hacía un último pedido.
En ese mismo lugar estaban Jon Venables y Robert Thompson (ambos de 10 años), quienes se divertían realizando pequeños robos.
En la carnicería, Denise Bulger terminó su compra y dio la vuelta para ver a James, pero él ya no estaba.Aterrorizada, lo buscó por pasillos y tiendas. Miró todos y cada uno de los rostros de niños, pero su hijo no aparecía.
Frente a lo ocurrido la madre contactó a los encargados de vigilancia para pedir ayuda por los altavoces. Sólo cuando comenzaron a revisar las cintas de vigilancia apareció la esperada imagen. Por un instante, Denise sintió alivio, ya que vio que James iba saliendo del centro comercial. Dos niños lo llevaban de la mano y nada tan malo podía ocurrir. Como había pasado poco tiempo, ellos debían andar cerca...
Según decenas de testigos, Jon y Robert llevaron a James por una calle cercana al centro comercial. Cruzaron una avenida hacia un campo de juegos y después atravesaron el patio de la Iglesia de Santa María. Para entonces, el pequeño había empezado a llorar y sus captores respondieron a cada grito del niño con un golpe. Cada uno más enérgico y contundente que el anterior.
A pocas manzanas del lugar del secuestro, sus captores intentaron deshacerse de James acercándolo a la orilla de un canal de modo que cayera y se ahogara. Pero el truco no resultó. Los secuestradores arrastraron a James durante casi cinco kilómetros para llegar finalmente a un rincón apartado de la vía del tren donde depositaron el cuerpo del menor. Le arrojaron piedras, lo cubrieron con trozos de ladrillo y, según informes policiales, se ensañaron con él hasta límites irreproducibles, simplemente por el hecho de saber qué se sentía al matar a alguien.
Una vez cumplida la tarea y mientras caía la noche, Thompson y Venables volvieron a sus casas.
Al día siguiente, un grupo de niños que jugaba junto a la línea del tren descubrió el cuerpo de James. De inmediato avisaron al cuartel de Policía y ellos a Denise Bulger. Finalmente, supo que su único hijo estaba muerto.
La policía comenzó a seguir el rastro de aquellos desconocidos con los que se vio a James por última vez. Después de casi una semana, Robert y Jon fueron arrestados y llevados a juicio. La comunidad de Liverpool tenía por fin dos culpables en quienes vaciar su ira. Dos asesinos de 10 años
En los interrogatorios preliminares, la policía se enfrentó al rostro de dos niños asustados que negaron cualquier responsabilidad.
Ante la ira de la comunidad frente a los horrorosos detalles del crimen, se decidió juzgar a los niños como adultos. La única medida a su favor es que hasta después del juicio no se dieran a conocer fotos ni nombres. Sólo se permitieron dibujos y los llamaron niño A y B.
Lo que más le duele a la madre del pequeño Bulger no es la sentencia de ocho años que recibieron, sino las condiciones en que se fue preparando el regreso de Robert y Jon a la sociedad. Ése es, según ella, el premio final a los asesinos.
Ambos jóvenes han dejado de existir legalmente. Nunca se volvieron a juntar desde el juicio y cada uno comenzó una increíble transformación. Todo registro de su vida previa ha sido destruido, tienen nuevos nombres, direcciones, número de salud, seguro social y pasaporte. Todo esto por medio de un sistema que hasta ahora sólo se había aplicado a espías, testigos protegidos o informantes..
La junta encargada de aprobar la libertad de Thompson y Venables recibió reportes sicológicos y siquiátricos para evaluar que ninguno de los dos represente un peligro. Pero los abogados acusadores no están convencidos de que hayan recibido un tratamiento adecuado. A juicio de Sexton "al menos uno de ellos es un sicópata y si es así, liberarlo es la cosa más peligrosa que se pueda hacer".
Por su parte, Denise cree que "deberían decirle a la gente cómo se ven hoy en día para mantenerse alejados de ellos. Quisiera saber dónde están para vivir lo más lejos posible".