Muñeca Lagrimitas de Lili Ledy

Esta muñequita es una maravilla. Pequeñita y cachetona, venía incluída con alguno de sus muebles: carreola, mueble de baño y tina, cuna y silla alta. Los muebles se podían comprar por separado o una sola cajota con todos. Lagrimitas tomaba de su biberón y después un botoncito en su espalda, se apretaba y le salían unas lagrimotas.
El anuncio de la tele era clásico, ya que a cualquiera de nosotros en la primaria nos lo cantaron cuando alguien nos pegaba o nos caíamos, y para hacernos burla entonaban el "jingle" que decía: "llora, llora y mueve sus manitas, sólo se contenta llevándola a pasear, a comer, a bañarse, a dormiiiir. es Lágrimitas Lili, en su estuche 4 en uno y cada uno para tí".

En 1985 Marty Mcfly (Michael J. Fox),  es accidentalmente enviado 30 años al pasado por medio de una máquina del tiempo inventada por su amigo el Doctor Emmet Brown (Christopher Loyd), al llegar al 1955, se decide a buscar al Dr. para lograr su regreso a casa, pero en el camino, se topa con sus padres y comienzan una cantidad de divertidos enredos que ponen en peligro su existencia futura y la de su familia ya que su propia madre está enamorada de él.

Con la ayuda del Dr. Brown, Marty emprende una desesperada carrera contra el tiempo para lograr que sus padres se conozcan y se enamoren antes del baile escolar y así no desaparecer de la faz de la tierra y poder volver al futuro.

Abuelito dime tú, lo que que dice el viento en su canción, abuelito dime tú porqué llovió porqué nevó, dime porqué…. Con este inconfundible coro nos trasladamos de inmediato a los Alpes suizos dondé vivió Heidi. Heidi (cuyo nombre verdadero es Adelaida) es una niña huérfana que durante los primeros años de su vida ha estado bajo el cuidado de su tía Dete. Un día, Dete tiene la oportunidad de trabajar en Frankfurt con una familia rica, pero como no puede llevar a Heidi decide recurrir al abuelo de la niña, un anciano que vive una vida de ermitaño en las montañas cercanas al pueblo de Dorfli. El abuelo acepta de muy mala gana cuidar a Heidi, pero la inocencia y bondad de Heidi terminan por cautivarlo de modo que su carácter duro acaba ablandándose y poco a poco comienza a aceptar la idea de reintegrarse a la sociedad.