ATARI

Antes de que existieran todas las denominadas “consolas” de juegos de video… existió Atari. Olvídense de las gráficas tridimensionales, los personajes casi reales y el soundtrack de lujo. Hablamos de juegos en dos dimensiones, muy básicos, en enormes “pixeles” con resolución de pobres 16 colores y con una capacidad de sonido peor que la de cualquier timbre de celular de hace 4 años. Funcionando con juegos contenidos en cartuchos, el Atari (que primero se llamaba Atari VCS y posteriormente lo conoceríamos como el Atari 2600) tuvo un precio inicial a la venta de 199 dólares y por media década ochentera fue el juguete que todo mundo quiso tener.

Dicen que la pantera rosa le pasó por encima, o al menos le quitó protagonismo. Dicen que su éxito le pertenece a Peter Sellers, actor que le dio carne y hueso en la pantalla grande. Dicen que los niños actuales no lo conocen, que en el mejor de los casos lo confunden con un tal Gadget. No importa…

Para mí, el único inspector válido es El inspector, así, a secas. Aquel uniformado francés famoso por hacerle siempre la reverencia a su superior (”bien sûr, monsieur le commissionaire”), por corregir indefectiblemente a su ingenuo ayudante Dodó (”no digas sí, di oui“), por perseguir a criminales apodados La Mancha o Harry dos caras, y por haberme hecho reír desde la tierna infancia hasta ahora.

Creada por Gene Levitt, y emitida en 1978, se convirtió en una serie de culto, a pesar de que tan sólo se realizaron 14 episodios.
La trama era bastante original, y los guiones muy bien trabajados.

El misterioso Mr. Roarke (interpretado por el gran Ricardo Montalbán), y su pequeño ayudante "Tatoo"(Hervé Villechaize), Te harán pasar las vacaciones más inolvidables de tu vida en su paradisíaca isla.

Por una suma de dinero, harán realidad tu sueño más anhelado, por imposible e inalcanzable que parezca. ¿Amor?, ¿poder?, ¿riqueza?, durante unos días, todo se hará realidad.

Pero… no olvides que a veces, los sueños pueden volverse pesadillas.