El Ángel de la Independencia, más de 100 años de historia
Considerado como uno de los máximos símbolos de la Ciudad de México y del país, el Ángel de la Independencia, en cuyo espacio reposan los restos de algunos líderes de la Independencia de México como Miguel Hidalgo, Vicente Guerrero e Ignacio Allende.
Propuesto por el Presidente Porfirio Díaz para conmemorar el primer centenario de vida independiente del país, su primera piedra fue colocada el 2 de enero de 1902 bajo la dirección del arquitecto Antonio Rivas Mercado, también autor del Teatro Juárez de la Ciudad de Guanajuato.
De acuerdo con el escritor e historiador por la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, Agustín Sánchez González, la idea de construir un monumento a la Independencia surgió en julio de 1843, inspirado en un proyecto para rendir homenaje a los héroes de la independencia.
"La idea consistía en construir un zócalo de piedra con una columna corintia, coronada por un ángel en plena Plaza de la Constitución durante el gobierno de Antonio López de Santa Anna. El monumento se iba a realizar en lo que hoy se conoce como la Plaza de la Constitución, de ahí que se le quedara el nombre también de Zócalo", explicó.
No obstante, el caos y la inestabilidad política de aquella época impidieron su construcción, a pesar de que en ese año se convocó a un concurso para edificar un gran monumento en el centro de la Plaza de Armas de la Ciudad de México, el cual fue ganado por un arquitecto francés de nombre Enrique Griffón, pero no se llevó acabo.
Señaló que no fue sino hasta finales del siglo XIX cuando el arquitecto Rivas Mercado lo retomó basándose en algunas famosas columnas del mundo como la de Trajano en Roma, la de la Plaza Vendome de París y la Alejandro en San Petesburgo.
Todas ellas levantadas para conmemorar el triunfo de un ideal en sus respectivos países.
Según Sánchez González, quien también se desempeña desde hace más de 10 años como investigador del Centro Nacional de Investigación, Documentación e Información de Artes Plásticas del INBAL, en el libro La Construcción del Monumento a la Independencia, asegura que el costo de la obra fue de dos millones 146 mil 704 pesos con 24 centavos.
El Ángel, como también se le conoce, fue inaugurado el 16 de septiembre de 1910 como evento culminante de las fiestas del centenario de la Independencia.
Este acto fue presenciado por importantes diplomáticos, embajadores, empleados públicos y el pueblo en general, quienes disfrutaron de juegos pirotécnicos, desfiles y conciertos que se realizaron en el Paseo de la Reforma para la citada ocasión.
Ubicado sobre la avenida Paseo de la Reforma, esquina con Florencia, el Ángel se levanta sobre una columna corintia de 45 metros de altura, labrada en cantera de Chiluca.
Lo acompaña un conjunto escultórico en la base con estatuas en los cuatro puntos cardinales, que representan en figuras femeninas a la Ley, la Paz, la Justicia y la Guerra.
Estas esculturas, junto con el Angel, fueron labradas en yeso en México y vaciadas en bronce en Florencia, Italia, usando la técnica de la cera perdida.
La obra que se eleva majestuosa en medio de una de las principales avenidas de esta capital, está hecha de bronce con recubrimiento de oro, mide 6.7 metros de altura y tiene un peso de 7 toneladas.
La figura principal del monumento es la estatua del Ángel, que en realidad es la representación de la diosa griega alada de la victoria, una obra del escultor italiano Enrique Alciati.
En la mano lleva una corona de laurel en actitud de colocarla a los vencedores, y en la otra, una cadena con eslabones rotos representando la ruptura del dominio español.
De acuerdo con el especialista, en 1925, por orden del presidente Plutarco Elías Calles, se trasladaron de la Catedral Metropolitana al monumento los restos mortuorios de 12 héroes nacionales (cuatro cráneos y ocho urnas con cenizas) , así como un osado revolucionario procedente de tierras irlandesas.
Miguel Hidalgo, Ignacio Aldama, José Mariano Jiménez, José María Morelos y Pavón, Vicente Guerrero e Ignacio Allende, así como Francisco Javier Mina, Nicolás Bravo, Mariano Matamoros, Andrés Quintana Roo, Leona Vicario y Guadalupe Victoria son los restos que se encuentran en lo que posteriormente se convirtió en mausoleo.
En abril de 1929 se instaló por decreto presidencial una lámpara votiva cerca de los nichos donde descansan los restos de los héroes de la independencia, como un recuerdo vivo que se expresa día y noche.
Años más tarde, en 1957, vivió su momento más difícil al caerse a causa de un terremoto de 7.0 grados Richter. Sin embargo, para gloria de la ciudad y sus habitantes, la escultura fue repuesta poco tiempo después y ha resistido desde entonces todos los embates de la naturaleza.
Testigo de la transformación de la Ciudad de México, de celebraciones deportivas o políticas y de reclamos sociales, ha sido restaurado en tres ocasiones.
La primera en el sismo de 1957, la segunda en el de 1985 y la tercera a partir del mes de mayo de 2006 a cargo del gobierno del Distrito Federal, a fin de celebrar las fiestas patrias en septiembre de ese mismo año.
En la actualidad, el Angel de la Independencia, debido a su importancia, es junto con el Zócalo uno de los dos lugares donde los mexicanos se reúnen para festejar o para protestar acontecimientos que van desde actos políticos y manifestaciones, hasta festejos deportivos, en especial, por triunfos del seleccionado nacional de futbol.
