¿Existe una hora determina para la maldad? ¿Es posible que los espíritus diabólicos hagan su aparición a las 3 de la madruagada?
Casi todas las religiones de la humanidad asocian la luz con el bien, con el poder de Dios, y su opuesto, la oscuridad, con el mal. Esa oposición entre la oscuridad y la luz es, en definitiva, la
eterna lucha entre lo bueno y lo malo.
Es por eso que, tal vez desde los tiempos más remotos de la humanidad, la noche haya sido el momento en que ocurría lo inexplicable. Algunas creencias de raíz católica afirman que la oscuridad
tiene una hora de máxima fuerza, cuando la maldad se encuentra más presente. La llaman “la hora del diablo”.
Esa hora ocurre a las 3 de la madrugada y no se debe al azar: es el momento del día más lejano a las tres de la tarde, instante en que Cristo, después de haber perdonado a la
humanidad por sus pecados, moría en la cruz y encomendaba su alma a Dios.
“El diablo siempre busca oponerse a Dios, hace todo lo posible para burlarse de sus símbolos, pero a la vez, imitarlos”, afirma Jesús González y Mallo, ex
sacerdote y teólogo.
Según confirma, a esa hora es cuando “la maldad suele tener más fuerzas” y por eso es “elegida por muchos humanos para realizar invocaciones de magia negra, pactos y otras prácticas
satánicas”.
“Suelen invocarlo, hacer pactos de alma o pedidos, son religiones que encuentran en el mal su poder y por eso lo llaman”, agregó.
Pero esa oposición en la simbología también se encuentra en el número tres, uno de los principales números místicos. En el caso de la religión cristiana, el tres se encuentra en la
invocación divina, en la Santísima Trinidad.
Por eso, afirman que el diablo también busca que se lo invoque tres veces. Así lo dejó asentado Goethe, cuando Fausto invitó a pasar a su casa a Mefistófenes, y este le contestó: “Debes repetirlo
tres veces”
¿Diablo está?
Según Gonzáles y Mallo, “el diablo sin dudas existe, su presencia se percibe a diario” y advierte que no se trata exactamente de una “imagen opuesta a Dios, porque no es alguien
todopoderoso” sino que su función es “ponernos a prueba”.
Ordenado sacerdote en 1991 en España, González y Mallo asegura que participó de varios exorcismos, y que todos se debían a "personas que dudaron y se acercaron" al diablo. Uno de los casos más
conocidos en el mundo fue el de Anneliese Michel, que inspiró la película "El exorcismo de Emily Rose".
“No es alguien todopoderoso, no son dos potencias con el mismo poder, sólo tiene el poder que le demos si pensamos en él, si le damos lugar en el corazón o si le tenemos miedo. Por eso en el
evangelio de Lucas aparece con forma de ángel, su principal función es ponernos a prueba , hacernos dudar, ver hasta dónde puede llegar”, agrega.
Por eso, el teólogo afirma que no hay peligro en la llamada "hora del diablo" y recomienda no “sugestionarse”. “Todos pueden dormir tranquilos o hacer lo que
quieran a esa hora en paz. Sólo si se piensa en eso, van a comenzar a ver cosas, pero porque la mente humana es imaginativa y se sugestiona. Nada más”.