Historias de satanismo medieval, antiguas posesiones diabólicas, monjes y religiosas corruptos, horribles perversiones y drásticas bonificas
papales, éste es el principado de Lucedio.
El antiguo principado de Lucedio se ha transformado en una floreciente hacienda agrícola se encuentra en medio del campo neblinoso en la provincia de Vercelli, en el Piemonte, un paisaje que
sobre todo en la estación invernal contribuye ya de por sí solo a mantener intacta aquella atmosfera siniestra que en el curso de los siglos le fue concedida.
La historia de éste pequeño principado comienza en el año 1123 cuando viene fundada una abadía por obra de los monjes cistercenses provenientes del monasterio de La Ferté en Borgoña, gracias a un terreno que fue donado por Ranieri I de Monferrato, los monjes lo bonificaron y alrrededor del 400's lo dedicaron a la cultivación
de arroz. Los acontecimientos históricos hablan de una serie de sucesiones y de donaciones nobiliarias (entre ellas por parte de Napoleón) hasta llegar a la quizás mas significativa, que tuvo
lugar en el 1861 con la creación del principado y a continuación el nombramiento del nuevo propietario, al duque genovés Rafaele de Ferrari al cual los Savoia le dieron el derecho al título de
príncipe debido a sus méritos a favor del estado italiano. Nace así el llamado Principado de Lucedio, denominación que aparece aún en el portal. Y finalmente en el 1837, la propiedad completa fue
comprada por el conde Paolo Cavalli d'Olivola, padre de la que actualmente es la propietaria y manager, la condesa Rosetta Clara Cavalli d'Olivola Salvadori di Wiesenhoff.
Es cierta la ambivalencia de éste lugar, que ya en su etimología presenta una predestinación contradictoria: Luz de Dios o quizás dios de luz (es decir: Lucifer). Considerando el contexto se
puede interpretar Luz de Dios como Lucifer, mitico portador de luz que, una vez echado fuera de las esferas celestiales, se convirtió en el temido demonio. Las teorías que buscan dar un
significado al nombre son numerosas y no siempre están de acuerdo entre ellas. La raíz de la palabra en "lucus" podría dar un significado preciso en cuanto el territorio era un pantano inmerso en
el bosque.
Particularmente en otoño el paisaje se hace espectral, las neblinas aqui son muy densas y bajas, donde muchos dicen haber visto aparecer un monje encapuchado. Hace muchos años entre estas
colinas, una granizada destruyo toda la cosecha de la zona, menos aquella debajo de un pequeño monte, donde ahora surge una pequeña iglesia dedicada a la Virgen de las Viñas.
Estos lugares de verdad residen entre los confines de la realidad... las historias transmitidas hablan de continuas energías negativas después bonificadas por las varias órdenes eclesiásticas,
son historias de posesiones periódicas, favorecidas por el maligno que regresa periódicamente a éstos lugares ya por él comprometidos.
Galerías subterráneas
Logicamente no podían faltar la leyenda relativa a un pasaje subterráneo que conduce fuera de la muralla.
Junto a éstos oscuros tuneles existen muchas historias. Algunas dicen que hay un ingreso escondido entre los sótanos de las vecinas escuelas, otras que la galería vaya de la cripta a la Iglesia,
otras más que existan lugares al interno del monasterio, hoy repavimentadas, que habrían conducido al sistema subterráneo. Algunos los habrían ya parcialmente recorridos.
Apariciones de monjes
Entre las numerosas historias que se cuentan, más apropiadas quizás para adormentar a los nietecitos delante de la chimena, esta aquella que tiene como protagonistas a los fantasmas.
Se dice que durante los meses invernales, medio escondidos entre las neblinas que rodean al principado, se pasean los fantasmas de los mónacos que vivieron en el '700.
Estas sombras parecen ser inofensivas y, si uno se acerca a ellas, escapan para desvanecerse en la niebla.
Posesiones demoníacas y excomunicación
Pero sin sombra de duda, la leyenda más importante y famosa, aquella que ha atraído la televisión desde California, a Fox Channel y la alemana Tresor TV a conocer el ambiente y a hacer
entrevistas, es aquella que inició en cercano el cementerio abandonado.
Ambientar una leyenda en un cementerio abandonado es ya de por si una garantía, pero hacer bailar a las brujas y al diablo en persona durante un maléfico sabba es el máximo que se podría pedir.
De hecho se cuenta que en una noche del 1684 se reunieron aglunas brujas que, danzando entre los sepulcros, invocaron al diablo, el cual se presentó. En aquella misma noche, las jóvenes novicias
del vecino convento de Trino tuvieron sueños agitados, poblados de feroces pesadillas en las cuáles el demonio se apoderaba de sus mentes débiles. Como confirmación de tal hecho existen unas
notas escritas y custodiadas en el archivo de la curia de Trino en mérito a una serie de pesadillas que tuvieron al demonio como protagonista.
Gracias a éste plagio onírico, el diablo usó los cuerpos de éstas jóvenes monjas para entrar en contacto los monjes de la abadía de Lucedio, que cayeron también víctimas del señor del mal.
Fortalecidos del poder temporal que tenían, iniciaron a juzgar y condenar a la gente pobre, torturandola y, en algunos casos, asesinandola. Éste período de abusos y vejaciones duró exactamente
cien años, hasta que Papa Pio IX expropió la abadía en septiembre de 1784. La abadía viene desalojada, los monjes dispersos y las salas selladas. La acusación romana fue de prácticas satánicas,
prestaciones forzadas de todo tipo, abuso de poder, violaciones, relaciones contra natura y pedofilia.
Pero la historia no termina aquí. Al parecer alguien consiguió capturar ésta fuerza maligna, responsable de tales eventos, por algunos llamada demonio. Esta esencia viene aprisionada en las
criptas de la iglesia de S. Maria, antes de que fueran muradas. Además se dice que, dispuestos en círculo, con el fin de custodiar tal demonio, hayan sido puestos en tronos, los cuerpos de
algunos abates que vivieron "bien" en el principado. A cuasa de las características climáticas del lugar, parece que sus restos se hayan momificado en modo natural.
Con ojos más modernos podemos hipotizar que la Iglesia de Roma pide la supresión a través de la excomunicación de la abadía porque se haya hecho demasiado poderosa y rica. La excomunicación
implicaba también la confiscación de todos los bienes materiales, mas o menos la misma suerte que les tocó a los Caballeros del Templo.
Uno de los misterios más afascinantes es el llamado "la partitura del diablo".
No muy lejos del monasterio, surje la pequeña iglesia de la Virgen de las Viñas, completamente sumergida en el bosque y que por desgracia, hoy se encuentra en pésimas condiciones, abandonada y
casi perdida entre la maleza.