El primer libro del Antiguo Testamento relata cómo Dios creó el mundo, los animales, las plantas y, por último, al hombre. Es una historia de desobediencia y
castigo, revuelta y represalia. Tres veces castigo Dios al hombre.
La primera vez expulsó a Adán y Eva del Paraíso después de que comieran la fruta prohibida. Fueron condenados a vivir en un mundo lleno de trabajo y de privaciones.
Sus hijos y los hijos de sus hijos tampoco crecieron como Dios quería. Y vio Dios que "la maldad del hombre cundía en la tierra... Y dijo: voy a exterminar al hombre que he creado sobre la faz de
la tierra" y a los animales también.Sólo Noé ganó la gracia de Dios, y recibió el encargo de construir un arca para que pudiera salvarse junto con su esposa
y, por lo menos una pareja de cada especie animal. Todos los demás seres perecieron en el Diluvio Universal.
Cuando las aguas se retiraron Noé preparó un sacrificio. Dios aspiró el suave aroma y se propuso no volver a aniquilar a los hombres: "Nunca más ... volveré a herir a todo ser viviente como lo he
hecho".
Los descendientes de Noé decidieron edificar una ciudad y una torre cuya cúspide tocara los cielos y los hiciera famosos.
Levantar una torre que llegara al cielo, el dominio de Dios, era un reto y este no podía tolerarlo.
Esta vez Dios no mató a los hombres pero les privó de una lengua común. Dejaron de entenderse y se dispersaron por el
mundo; la torre y la ciudad quedaron inacabadas. El nombre de la ciudad era Babel. Una palabra que suena muy parecida al verbo hebreo "balal" que significa confusión.
Al quedar incapacitados de trabajar, de común acuerdo los constructores abandonaron la empresa y se dispersaron en diferentes direcciones. La torre inconclusa y la ciudad edificada en torno a ella se llamaban Babel o Babilonia. ¿Realmente existió la Torre de Babel o es sólo un mito bíblico para ilustrar la confusión de lenguas? La leyenda de la confusión de las lenguas tiene un origen etimológico. El relator bíblico, que escribó posiblemente en tiempos del cautiverio de los israelitas en Babilonia, interpreta la palabra Babel en el sentido de "confusión", en este caso, confusión de lenguas.
Del mismo modo, los griegos que no comprenden el lenguaje de los extrajeros y, en primer lugar de los persas, adoptan más tarde las costumbre de designarlos con el nombre peyorativo de "bárbaros".
La repetición de la sílaba "ba" simboliza la desorganización aparente de los dialectos no griegos, cualquiera que sean, con respecto a la riguroza organización de la lengua de Homero. Aún en nuestros días, el lenguaje abundante y confuso de los niños se denomina "balbuceo" y se califica como "bla bla".
Pero la leyenda del castigo divino de la diversificación de las lenguas se inscribe igualmente en la nostalgia de una época de oro donde todos hablaban un lenguaje común que aseguraba la paz y comprensión. Este sueño se revela en el relato cristiano de la glosolalia y de Pentecostés:
San Pablo atribuye a los primeros cristianos la facultad de expresarse en una lengua distinta de la que hablaban comúnmente bajo efecto de un trance místico, y los Hechos de los Apóstoles evocan el milagro de la venida del Espíritu Santo en forma de lenguas de fuego, que da a los discípulos de Cristo el don de expresarse en lenguas o dialectos de otro modo desconocidos por ellos...
"QUE SU CUSPIDE SE ELEVE HASTA EL CIELO"
Pero la leyenda de la torre reposa sobre una realidad. Existía en efecto en Babilonia una construcción de varios pisos, llamada zigurat de acuerdo al bocablo babilónico, de origen desconocido y que fue restaurada en tiempos de Nabopolasar (625-605 a.C.), fundador de la dinastía caldea.
Esta construcción se llama Etmenanki, "la mansión de lo alto entre el cielo y la tierra". Una inscripción que data del tiempo de Nabopolasar señala: "Marduk (el gran Dios de Babilonia) me ha ordenado colocar sólidamente las bases de la Etmenanki hasta alcanzar el mundo subterráneo y hacer de este modo que su cúspide llegue hasta el cielo".
En otra inscripción, de los tiempos de Nabucodonosor, se precisa que la decoración de la cúspide estaba hecha de "ladrillos de esmalte azul brillante", es decir, adornada del color del cielo, perfectamente adaptado para dar la impresión que el edificio se perdía en el azul infinito.
Sin embargo, nada permite pensar que los babilonios levantaron la construcción por presunción. Según la inscripción más antigua, lo hicieron por orden del dios Marduk, y parecen haberla hecho para asegurar la armonía entre el cielo y la tierra.
El historiador Herodoto, que visita Babilonia hacia el 460 a.C., relata que un Dios visitaba a una mujer que dormía en una habitación en lo alto del edificio. Etmenanki aseguraba el vínculo -la unión- entre dos realidades opuestas: lo alto y lo bajo, el mundo de los dioses y el de los hombres.
UN DESTINO FUNESTO
Algunos vestigios hacen pensar que la torre reralmente existió. En el Génesis figura un contrasentido cuando se dice que los constructores tenían malas intenciones. Sin embargo, aunque así fuese, el relato bíblico mezcla lo verdadero y lo falso. Según la leyenda, pueblos de distintas procedencias - que por lo tanto hablaban lenguas diferentes-, trabajaron en la construcción del edificio.
En otra parte, la inscripción de Nabucodonosor afirma: "A todos los pueblos de numerosas naciones (...) yo (los) obligué a trabajar". Pero esta diversidad étnica no impidió el término de los trabajos. Sin embargo, parece efectivamente que un destino funesto se ensañó con la torre. Babilonia, que cayó en 539 bajo la dominación persa, se rebeló en 482. Jerjes, que la puso nuevamente bajo su autoridad, tomó represalias que causaron serios daños al monumento.
Un siglo y medio más tarde, en 331, Alejandro el Grande estableció su capital en Babilonia, y cuando vió la torre en ruinas trató de restaurarla. Pero ello le demandó tanto trabajo que renunció al proyecto.
A continuación, la torre sirvió de cantera a los constructores de los alrededores, que la redujeron a un montículo sin forma. Sobre ella se construyó un edificio y, cuando éste se desplomó, cubrió las ruinas de la torre inicial, escondiéndola por muchos siglos.
PERO LA TORRE EXISTIO???
En 1913, el arqueólogo Robert Koldewey encontró una estructura en la ciudad de Babilonia que él identificó como la torre de Babel. Esta torre habría sido destruida y reconstruida en numerosas ocasiones, debido al cambiante destino de la zona. La destruyeron los asirios y también
los arameos. Y fue reconstruida en varias oportunidades por los príncipes caldeos, entre ellos Nabopolasar (625-605 adC). Se estima que la
construcción más antigua de la Etemenanki, «Casa del Fundamento del Cielo y de la Tierra» se construyó durante el III
milenio antes de Cristo.
La base de esta torre habría sido un cuadrado de 92 m de lado, y su altura original habría
sido aumentada en tiempos de Nabopolasar y Nabucodonosor II (605-592 a.C.), para hacerla una digna exponente de su poderío y grandeza. Cálculos basados en otras excavaciones arqueológicas determinaron
que esta torre escalonada pudo haber tenido entre 60 y 90 m de altura.
Se conserva una muy interesante y detallada descripción de este zigurat en los escritos de Herodoto, llamado el "Padre de la Historia", quien visitó
Babilonia.
A pesar de que su existencia todavía no ha quedado demostrada, estudiosos de la biblia apuntan que podría ser un zigurat mandado construir por Nabopolasar y acabado por su hijo el rey babilonio Nabuconodosor II. Este templo fue llamado Etemenanki, o templo de la fundación del cielo y la tierra.
Queee tal eh???