Las leyendas urbanas son relatos pertenecientes al folclore contemporáneo que, pese a contener elementos sobrenaturales o inverosímiles, se presentan como crónica de hechos reales sucedidos en la actualidad. Algunos parten de hechos reales, pero éstos son exagerados, distorsionados o mezclados con datos ficticios. Circulan a través del boca a boca, correo electrónico o medios de comunicación como prensa, radio, televisión o Internet. Suelen tener como trasfondo una "moraleja".
Una misma leyenda urbana puede llegar a tener infinidad de versiones, situadas generalmente en el entorno de aquellos que las narran y reciben. Por su adecuación a la sociedad industrial y al mundo moderno reciben el calificativo de "urbanas", que las opone a aquellas leyendas que, habiendo sido objeto de creencia en el pasado, han perdido su vigencia y se identifican con épocas pasadas. A menudo, el narrador presenta a los protagonistas de una leyenda urbana como conocidos o parientes de alguna persona cercana (por lo que se las conoce también como "historias de un amigo de un amigo")
El término fue acuñado por el folclorista estadounidense Richard Dorson, quien definía la leyenda urbana como una historia moderna "que nunca ha sucedido, contada como si fuera cierta. Las historias en cuestión reciben diversas denominaciones por parte de quienes las usan y difunden: en Cuba, por ejemplo, se las conoce como bolas o cuentos de camino. En Colombia se las llama simplemente cuentos. Entre los mismos estudiosos, no falta quien prefiere catalogarlas como leyendas a secas, considerando que su función sigue siendo la propia de este género.
Características
De Catalina II de Rusia se dice que murió al ser penetrada por un caballo. Según varios autores, la imagen promiscua de Catalina fue divulgada por parte de aquellos que envidiaban que una mujer en aquella época concentrara tanto poder, acompañado de una brillante gestión.
El rasgo más importante de las leyendas urbanas es su carácter internacional: la historia del submarinista que es recogido accidentalmente por una avioneta contra incendios y la cual lo deja caer sobre el fuego causando su muerte, se cuenta con mínimas variaciones en su estructura en distintos lugares de América del Norte, Europa y Australia, por citar sólo algunos sitios por donde circula esta leyenda.
Para que una historia ficticia se convierta en leyenda urbana es preciso que se difunda de forma anónima como verdadera y se convierta en fuente de información, potencialmente útil para prever o evitar hechos futuros.
La leyenda urbana puede inspirarse en cualquier fuente, pero incluye a menudo un elemento misterioso, incomprensible o chocante. Rara vez resulta posible localizar el origen preciso de una leyenda urbana. Cuando el investigador se enfrenta a una de ellas, se encuentra con varios relatos extendidos por distintas zonas, construidos a partir de un mismo esquema, pero adornados con detalles muy variados.
Las leyendas urbanas tienen una estructura más compleja (planteamiento, nudo y desenlace) que los chismes, rumores y bulos. No pretenden, como éstos, desacreditar a una persona en concreto, sino que abordan una "problemática" que afecta a muchas. La trama está urdida en función del desenlace, en el que a menudo se concentra el mensaje, al modo de la moraleja de una fábula.
La leyenda urbana suele contarse como si fuera un suceso verdadero o, al menos, verosímil. Ello exige que los personajes sean meros arquetipos anónimos, "un hombre", "una mujer", "una pareja" o "un conocido de un amigo", el cual el narrador de la leyenda urbana no conoce personalmente, aunque situados siempre en escenarios concretos (una determinada ciudad, calle, país) que contribuyen a hacerla creíble. A menudo, el protagonista es un "amigo de un amigo", relativamente cercano al oyente, pero no tanto que resulte viable consultarle sobre los hechos.
Desde finales del siglo XX, la difusión de las leyendas urbanas ha encontrado un aliado en la Red, integrándose en el llamado el Netlore [Folclore (lore) de la Red (net)].
Los restos humanos de Walt Disney están guardados en un nicho junto con los de su familia. Jamás fue criogenizado o, cómo se suele decir, "congelado". Esta afirmación es una de las leyendas urbanas que más persiste en el inconsciente colectivo.
Una leyenda urbana puede basarse en una historia cierta, pero adquiere su condición legendaria cuando lo que sucedió a una persona en un lugar y tiempo concretos pasa a contarse como sucedido a varias personas en diversos lugares, y los elementos de la narración se transforman para volverla más atractiva y significativa. Así, es un hecho probado que algunos músicos de rock se consideran satanistas o se han interesado por este fenómeno religioso, pero presentar la historia del rock en su conjunto como la manifestación continuada de un culto diabólico, estableciendo relaciones entre hechos puntuales, exagerándolos e introduciendo otros hechos ficticios, entra de lleno en lo legendario.
Dos de las leyendas urbanas más extendidas son las de Verónica y la autoestopista fantasma, las cuales están extendidas por todo el mundo y se han ido modernizado con el paso del tiempo. Así, la leyenda de la autoestopista fantasma tiene su precedente en historias en las que la chica no se subía a un coche, sino que paraba a los jinetes y se montaba en la grupa de sus caballos (como sucede, por ejemplo, en el Romance de la Infantina).
Están muy extendidas las leyendas urbanas relacionadas con el tráfico de órganos. La mayoría tratan de personas que han sido secuestradas con el único fin de extirparles un riñón después de asistir a una fiesta o de consumir alguna droga, generalmente en un lugar poco recomendable. La posible moraleja de esta leyenda urbana es que uno no debe fiarse de los desconocidos.
Otra leyenda urbana muy conocida en España es la del extraño incidente del programa televisivo, presentado por Isabel Gemio, "Sorpresa, Sorpresa" en los 90. Se decía que el cantante Ricky Martin se llevó una desagradable sorpresa al encontrar a la niña que iba a sorprender untándose con mermelada, helado u otra sustancia para realizar un juego erótico con su perro.
Existen decenas de leyendas urbanas acerca de esta famosa bebida.
Hay numerosas leyendas acerca de la Coca-Cola y sus propiedades. De este producto se ha dicho que su fórmula secreta es capaz de descomponer trozos de carne, dientes, que desatasca las tuberías, que sirve para aflojar los tornillos, limpia las manchas de grasa en la ropa y es un poderoso espermicida.[] Se ha demostrado que todo esto forma parte de la leyenda urbana. También mucha gente cree que en Estados Unidos se realizó una prueba en un cine para comercializar la bebida, a base de mensajes subliminales. El supuesto experimento fue realizado por James Vicary en 1957 y consistía en incluir uno o dos fotogramas por minuto con la marca. En 1962 Vicary fue entrevistado por la revista Advertising Age y declaró que el experimento en realidad era una mentira que se llevó a cabo debido a que su empresa pasaba por dificultades económicas. Por lo tanto no se puede afirmar con certeza ni la realización de la prueba ni sus resultados.
Algunas leyendas urbanas, colindantes con el rumor, se refieren a personas famosas. Tal es el caso de la presunta muerte de Paul McCartney (ex bajista de The Beatles) en un accidente de tránsito en 1966, tras la cual pasó a sustituirlo un doble. Los fans creyeron haber encontrado pruebas del hecho en las canciones y portadas de los discos posteriores a aquel año. También se ha dicho que Josh Saviano, actor que apareció en la serie Los Años Maravillosos (1988-1993), era en realidad el cantante Marilyn Manson.
Entre las leyendas urbanas más extendidas hay muchas relacionadas con las nuevas tecnologías. Es el caso de la leyenda sobre la Pandilla sangre, la de una página web que causa la muerte de quienes la visitan (Blind Maiden), o la de un viajero del tiempo, John Titor, que supuestamente se comunicó por MSN Messenger y reveló acontecimientos del futuro.
Una de las leyendas urbanas sobre videojuegos más conocidas es la que afirma la existencia de Polybius. Según la historia, el juego fue lanzado al público en 1981, causando efectos devastadores a los jugadores tales como locura, estrés y horribles pesadillas. Poco tiempo después de su lanzamiento, el juego desapareció sin dejar rastro. Aún no hay pruebas de que este juego haya existido realmente.
Otras leyendas urbanas son que los taiwaneses comen fetos de bebés, que en los restaurante chinos se sirve carne de perro, que en las alcantarillas de Nueva York viven cocodrilos ciegos, que los cienciólogos comen bebés o los supuestos usos criminales de la escopolamina.