Hola como cada semana!!!
En esta ocasión les comentaré algo que existe en nuestra vida cotidiana y que muchas veces pensamos porque nosotros???
¡Claro que sí! Y aunque no tenga una explicación lógica y racional, mientras creas en ella, es real
Existen dos tipos extremos de personas: las racionales, para quienes sólo existen las explicaciones científicas y lógicas; y las personas que tienen un pensamiento mágico, que creen en la suerte, tienen supersticiones, hacen rituales y, en ocasiones, acuden a una lectura del tarot o del café.
Las personas racionales se van a topar, en algún momento, con algo que la ciencia y la lógica no les podrán explicar, es por ello, que seguramente no te identificas con este tipo de personas, ya que son muy pocas.
El ser humano, por naturaleza y desde los tiempos más antiguos, busca controlar, explicarse y entender lo que sucede a su alrededor; de esta forma, se siente más tranquilo, con mayores herramientas y fortaleza para afrontar lo que venga en su vida.
Tener o buscar herramientas para afrontar lo que la vida te ponga en frente, implica tener y buscar salud. Para algunas personas estas herramientas tienen que ver con su religión o su Dios; para otras personas, las herramientas pueden ser un trébol de cuatro hojas o acudir regularmente a limpias y chamanes. Lo importante es que estés en búsqueda de tu satisfacción y tu felicidad.
Ya se respondió a la primera pregunta, en la que se concluye que la suerte existe en tanto creas en ella. Ahora la pregunta determinante sería ¿Por qué tengo mala suerte?
La mala suerte en cualquier aspecto (salud, dinero, amor, relaciones, familia, etc) puede estar asociada a tres diferentes factores:
La sugestión: Si te convences de que te va a ir mal en tu relación de pareja, porque siempre has tenido mala suerte en el amor, seguramente así será; sobre todo, si no estás en la búsqueda de nuevas herramientas o estrategias que te lleven a tener la buena suerte que anhelas.
Es posible que no te hayas dado cuenta, pero el tipo de pensamiento que tengas, lo que creas de ti mismo, te puede sugestionar y llevar a tener mala suerte. Pregúntate si un vaso con agua hasta la mitad, lo ves “medio vacío” o “medio lleno”, la visión que tengas de tu vida, determinará en gran medida lo que suceda en ella.
La responsabilidad: ¿Te haces responsable por tus acciones y tus conductas? Es importante que tengas la consciencia de que tu conducta va a influir, en gran medida, en la suerte que obtengas. Por ejemplo, si no tienes suerte en conseguir trabajo, deberás cuestionarte si estás haciendo o diciendo algo durante las entrevistas laborales que pueda estar dando una mala imagen.
Por otro lado, deseas tener suerte con el dinero, pero no juegas lotería, no trabajas por un ascenso laboral, no trabajas horas extras… entonces date cuenta cómo es que tu conducta está influyendo en que tengas mala suerte económica.
Autoestima: Implica conocerte, saber cómo eres, cuáles son tus fortalezas y debilidades y así, quererte. Si te sientes poco capaz de lograr el primer lugar en el campeonato de boliche, no será simplemente la mala suerte de que a la primera te tocó competir con el mejor jugador y te eliminaron, sino que nunca creíste realmente en tus habilidades.
Una elevada autoestima, una sugestión positiva y la responsabilidad que tengas sobre tus acciones y conductas, favorecen la buena suerte.
Si vives tranquilamente y, en general, estás satisfecho con tu salud física, mental y social, y las herramientas que has utilizado en tu vida han funcionado, sigue utilizándolas y buscando tu bienestar. Sin embargo, si eres víctima de la mala suerte y no has encontrado las herramientas para tener buena suerte en el amor, en el dinero, en el trabajo, con tu familia o en tus relaciones interpersonales, es hora de cambiar la estrategia.
La recomendación se basa en buscar algo en lo que creas para solucionar aquello en lo que estás teniendo mala suerte: si es la religión, una superstición o un ritual lo que te puede ayudar, hazlo, no te quedes con los brazos cruzados.
Sé flexible, busca diferentes opciones que estén dentro de tu escala de valores y posibilidades.
Una opción accesible para cualquier persona es el psicoanálisis. Es una forma de psicoterapia que no está peleada con ninguna creencia religiosa, supersticiosa o racional, es simplemente un espacio personal de apoyo, donde se busca el análisis y la reflexión individual, dirigida a favorecer la salud emocional de las personas apoyando y potencializando las herramientas que cada persona tenga, para encontrar su bienestar y satisfacción personal.