LAS HADAS DESCIENDEN DE LOS ÁNGELES: para los Celtas que fueron los primeros pueblos que se instalaron en la Europa centro-meridional en torno al
siglo V a.C., y para los eslavos, las hadas descienden de los ángeles rebeldes que, cuando fueron arrojadas del cielo, se refugiaron en el mar, en el aire, en los montes y ríos. Los irlandeses
sostienen que Dios expulsó a estos ángeles caídos debido a su orgullo (el de los Ángeles)
TEORÍA SOBRE LA TRIBU NÓRDICA: Otra teoría defiende que las hadas descienden de una antigua tribu nórdica de la Edad de Bronce, que fue vencida y
oprimida por los celtas y, tras ser derrotadas, se escondieron en colinas, montes, ríos y cuevas.
Algunas creencias populares todavía mantienen que estos seres son los más antiguos del planeta, una raza primitiva, que nació mucho antes de que se
formaran las montañas o los mares. Cuando se crearon los montes, los árboles, los mares y los ríos, las hadas se refugiaron en la naturaleza, vieron cómo ésta crecía y en ella se quedaron.
Posteriormente, ante el avance del ser humano, estos seres se ocultaron en cuevas y marismas.
LAS HADAS Y LOS MEGALITOS: Una teoría curiosa viene a relacionar las hadas con los megalitos. Según cuentan los bretones, los Korred, otros
habitantes del mundo de las hadas, intervinieron en la construcción de los dólmenes angevinos. Los Korred, que tenían una enorme fuerza, acarrearon las enormes piedras a sus espaldas y luego las
agruparon en círculos. Luego se escondieron en cuevas bajo esas piedras. En Francia, por ejemplo, entre los nombres con que denominan a los menhires y dólmenes aparecen Roca de las Hadas, Piedra
de las Hadas, Gruta de las Hadas, dejando constancia del supuesto origen de los menhires. Dicen que si tocas una de estas rocas con un ramillete de Primulas podrás verlas. Las primulas son unas
de las flores que se utilizan para invocar a las hadas. A veces culpan a las hadas del desprendimiento de piedras, pues según ellos las hadas las llevan en sus faldas y luego las arrojan,
provocando el desprendimiento.
LAS HADAS Y LOS DIOSES:
Relacionada con el mundo de los dioses, otra teoría explica que las hadas en su origen fueron antiguas divinidades y héroes que se desvanecieron al
instituirse los nuevos dioses. En relación con esta creencia en Irlanda se les trata como si fueran divinidades, ofreciéndoles dones para tenerlas favorables.
Una línea importante apunta que las hadas proceden de los muertos, aunque varía la procedencia del alma.
Para algunos las hadas son almas de los druidas que murieron. Los druidas eran los sacerdotes y los profetas de los antiguos celtas que habitaron
la Galia y las islas británicas desde el siglo II a.C. hasta el II d. C. Los druidas estaban muy instruidos en temas como la astrología, la magia y las cualidades de plantas y animales. Según
esta teoría, las hadas son las almas de los druidas, lo que explica su contacto y conocimiento de la naturaleza. Se cuenta también que las Korrigan son nietas de las nueve sagradas druidas
femeninas de la antigua Grecia.
ORIGEN EN LA ANTIGUA ROMA: Existe una teoría que sostiene que el origen de las hadas estaba en la
antigua Roma, donde tenían poderes proféticos, y cuando los romanos decidieron conquistar el resto de Europa las hadas decidieron acompañarlos. A
medida que ellos se iban instalando en los distintos pueblos europeos, ellas iban con ellos, y de aquí la coincidencia etimológica entre los distintos pueblos. Algunas teorías sostienen que las
hadas no pasaron a Grecia porque ya estaban allí instaladas las dríades y las ninfas, es decir, ya tenían sus propias hadas.
LAS HADAS Y LA MUERTE:
Otros pueblos coinciden en relacionar las hadas con la muerte, pero en este caso defienden que las hadas son las almas de los niños muertos que no
habían recibido el bautismo. En Cornualles dicen que las almas de estos niños no bautizados se llamaban Piskies y aparecían en el crepúsculo en forma de pequeñas mariposas blancas. Para otros son
las almas de los muertos paganos que murieron antes del Cristianismo.
Estas son solo teorías recopiladas de libros y de lo que nos contaron nuestras abuelas, lo importante es que mientras haya un niño o un adulto que
conserve en un rincón de su ser la fantasía de la niñez ellas seguirán entre nosotros.