Los sentidos descubren, localizan, revelan y manifiestan los hechos presentes y en algunas ocasiones los futuros; algunas de sus funcionalidades ah sido un enigma durante muchos siglos; en este aspecto los animales han desarrollado estos dones por completo, empleando sus beneficios no solo para el provecho personal, sino para la sociedad en la que están integrados, una prueba de ello es del pequeño mamífero llamado suricato, quien segrega sustancias químicas, advirtiendo el peligro a los demás, de esta forma anticiparse y tomar las medidas adecuadas.
La psicóloga Denise Chen, de la Universidad de Rice, contemplan que estos atributos pueden estar inmersos en los seres humanos, hasta el punto de percibir al miedo en las demás personas, se obtuvo correctos resultados gracias al experimento Rizzer, llevado a cabo por la mencionada profesional junto a un estudiante graduado con nombre Zhou Wen; quienes mantuvieron la prueba en 2 etapas:
La primera en base a un grupo de varones quienes fueron puestos en un cuarto completamente oscuro frente a un televisor, el cual presentaba películas que causaba miedo; estos voluntarios fueron obligados a ponerse en las axilas gazas, durante la emisión de estos videos, de manera que quede impregnado el olor del sudor en el lazo.
La segunda etapa consistía en cortar esas gazas en pequeños fragmentos y emplazarlos en las fosas nasales de los nuevos voluntarios que en este caso fueron mujeres, así durante la emisión de imágenes y asistidos por ordenadores, pudieron presionar botones acertando correctamente las situaciones de temor en una persona.
Con el actual estudio, los científicos señalan que el olfato tiene muchos desempeños que hasta la fecha son desconocidos, además de entablar información sobre los productos que segregan los seres humanos durante las emociones.
Según los resultados de una nueva investigación, el olor del sudor que usted produce cuando está aterrorizado no sólo es registrado por los cerebros de los demás, sino que también actúa cambiando el comportamiento de los individuos que lo perciben.
Esto se añade a un creciente cuerpo de evidencias de que los seres humanos podrían comunicarse utilizando el olor de una manera similar a la forma en que otros animales utilizan las feromonas. Lilianne Mujica-Parodi, una neurocientífica cognitiva de Stony Brook University en Nueva York, y sus colegas recogieron el sudor de las axilas de personas que se iban a lanzar en paracaídas por primera vez, cuando éstos estaban a punto de ejecutar el salto a tierra.
A continuación, las muestras de sudor colectadas fueron dadas a oler a los voluntarios del estudio, quienes fueron sometidos simultáneamente a escáneres de fMRI (Imagen por Resonancia Magnética Funcional). A pesar de que no tenían idea de lo que inhalaban, dos conjuntos separados de voluntarios mostraron la activación de la amígdala cerebral -la zona del cerebro responsable de procesar las emociones, además de áreas involucradas en la visión, el control motor y comportamiento dirigido a la realización de metas u objetivos. Los científicos pudieron confirmar además, que el sudor no producido bajo condiciones de estrés, no produjo esta reacción.
Lo que es más, en las pruebas de comportamiento, el "sudor del estrés" parece aumentar la conciencia de amenaza, haciendo que el 43% de los individuos fueran más precisos de juzgar al tomar en cuenta sus expresiones faciales, es decir, si mostraban un rostro neutro o amenazado.
Sin embargo, debido a que el estudio utilizó el sudor mismo en lugar de sus componentes, esto no es prueba definitiva de que las feromonas humanas existen, dice Johan Lundström, una investigadora de feromonas del Monell Chemical Senses Center en Filadelfia, quien no participó en la investigación.
No obstante, los investigadores tienen sospechas acerca de cual podría ser el ingrediente químico activo. El esteroide androstadienone es el principal sospechoso, y el grupo de la Dra. Mujica-Parodi planea sintetizar dicho esteroide.
"No soy ingenua sobre el hecho de que algunas personas verán este estudio y dirán que fue irresponsable", dice la Dra. Mujica-Parodi. Existen cuestiones éticas obvias acerca de la síntesis de un producto químico que podría inducir el miedo en otras personas, además, el grupo en la fase inicial de investigación fue financiado por los militares de EE.UU.
Pero la Dra. Mujica-Parodi insiste en que el producto químico, si demuestra tener los mismos efectos que el sudor (del estrés), podría ser sometido a todo tipo de usos no-siniestros, como el estudio y comprensión de la dinámica del miedo en situaciones en que las personas pudieran verse amenazadas cuando se encuentran por ejemplo, en espacios confinados, como en aviones, cárceles, o submarinos.
También se podría utilizar en entrenamientos para puestos de trabajo estresantes - como soldados, pilotos y cirujanos - más realista. Y ya que parece aumentar el estado de alerta y vigilancia, podría ser utilizado como un estimulante: para mantener la vigilancia en un largo viaje en automóvil, por ejemplo.
Simon Wessely, un psiquiatra del King's Centre for Military Health Research en el King's College de Londres, afirma que incluso si el producto químico fuera lanzado en medio de una multitud, sería muy poco probable que cause un pánico masivo. "El miedo es biológico, por supuesto, pero lo importante es la psicología de cómo evaluar cognitivamente la situación", dice Wessely. "No creo que usted pueda ser aterrorizado sin motivo alguno".