Que el tópico "allá de donde fueres, haz lo que vieres" es uno de los consejos más sensatos del mundo a la hora de viajar, es algo bien sabido. Hay lugares en los que el turista más despistado se puede encontrar con determinadas leyes y normas cívicas que pueden tornar su visita en una experiencia rocambolesca o, incluso, en un recuerdo desagradable.
Borja de la Mota.
Cada país es un crisol de tradiciones, costumbres y leyes que lo hacen particular y diferente a ojos de los demás. Es esta diversidad la que motiva, en muchas ocasiones, a los turistas a viajar a otros lugares, visitar otras ciudades y conocer otras culturas.
Pero, en algunos casos, este afán por descubrir provoca que el confiado viajero se encuentre con determinadas normas cívicas que chocan con la concepción que uno tiene del ideal de justicia. Son una serie de leyes u ordenanzas que se han perpetuado en el tiempo, ya sea por tradición o por convicciones sociales o religiosas, que, en muchos casos, no se cumplen a rajatabla y que siguen siendo tan válidas como las demás.
De este modo, hay todo un listado de leyes que podrían ser calificadas, como mínimo, de insólitas o extravagantes, ya sea por su contenido, por sus destinatarios o porque son más propias de otro tiempo y están fuera de lugar.
La mayoría de ellas pertenecen a la legislación anglosajona, que basa su sistema judicial en la jurisprudencia. Así, si un juez dicta una sentencia, por muy rara que ésta sea, sienta un precedente que tiene la misma vigencia y validez normativa que una ley. En otros casos, han sido las creencias religiosas o culturales las que han impuesto esta serie de preceptos.
Puritanismo a golpe de ley
El ámbito que se lleva la palma a la hora de ser legislado por esta serie de normas insólitas es el sexo y sus diferentes prácticas. Sin duda, Estados Unidos aglutina un sinfín de este tipo
de leyes heredadas, en la mayoría de los casos, de la época colonial. Así, nos encontramos con que en Arkansas está prohibido poseer dos vibradores. Claro que, a falta de artilugios
mecánicos, uno siempre puede optar por la solución unipersonal, aunque se debe tener en cuenta que la masturbación está tipificada como delito en muchos estados.
Si es usted mujer, piensa mudarse a Estados Unidos y vivir con amigas en Ohio o Pennsylvania, tenga en cuenta que, en estos dos estados, se las puede acusar de regentar un prostíbulo si habitan cinco o más mujeres en la misma casa. Además, el sexo oral y anal, consideradas prácticas aberrantes en otras épocas, siguen figurando como faltas o, incluso, delitos en los estados de Carolina del Sur, Arkansas, Utah o Dakota del sur, entre otros.
Pero no sólo en Estados Unidos se ha restringido este tipo de prácticas. En Indonesia, el país con mayor número de musulmanes del mundo, el onanismo también está prohibido bajo pena de decapitación.
En Colombia, ciertas tradiciones estipulan que, en la primera noche de un matrimonio, la madre de la contrayente debe estar delante para confirmar la consumación de la unión. De no ser así, el matrimonio podría ser considerado inválido. Mientras, en Bolivia, está penado que un hombre mantenga relaciones sexuales con una madre y su hija al mismo tiempo.
Si nos desplazamos hacia Asia nos encontramos con Singapur, uno de los países en los que uno se topa con mayor número de leyes en cuanto al sexo se refiere. En este pequeño país del sudeste asiático está prohibida la homosexualidad, la pornografía, estar desnudo en casa propia y el sexo oral, éste último siempre y cuando no se realice como entretenimiento.
En Bahrein, un médico no está autorizado a examinar los genitales de una mujer directamente, por lo que tiene que hacerlo valiéndose de un espejo para poder observar la zona en cuestión.
Curioso es el caso de Nueva Guinea, donde está considerado falta grave el mantener relaciones sexuales dentro de las casas. Esto se debe a que la vida social de muchos de los poblados se hace en torno a un edificio comunal y éste no debe ser mancillado por las intimidades de los vecinos.
Por otro lado, tenga cuidado si piensa veranear en la Toscana italiana, puesto que allí está prohibido masajearse en público, arriesgándose uno a multas que pueden alcanzar, en determinados casos, los 10.000 euros. Además, en el país transalpino los hombres no tienen permiso para llevar falda.
Bombones, el valor de Pi o armas nucleares
Curiosa, cuanto menos, es la legislación de Florida. En una de sus leyes se recoge que una mujer soltera no tiene permiso para saltar en paracaídas en domingo.
Una de las normas más sorprendentes (por no decir machista) es la que estipula que en Memphis, Tennesse, si una mujer conduce un coche, un hombre debe precederla agitando una bandera roja avisando al resto de conductores y viandantes de que ésta se aproxima.
Pero, como no siempre el género femenino tiene por qué salir perdiendo, hay ciertos casos en los que ellas salen beneficiadas. En el estado de Idaho se establece que si un hombre regala a su novia o mujer una caja de bombones, ésta no puede pesar menos de 22 kilos.
En cambio, si usted es un terrorista, piénselo dos veces antes de visitar Utah o la localidad de Chico, en California. En ambos lugares se prohíbe detonar un arma nuclear, pero no poseerla. Ahora bien, sepa usted que, en caso de que tenga lugar la deflagración, tendrá que enfrentarse a una multa de 500 dólares.
Además, sorprende saber que en Illinois, cuna política de Barack Obama, actual presidente de Estados Unidos, es ilegal hablar inglés, puesto que el idioma oficial es el americano.
Por otro lado, ¿qué pensarían los científicos de todo el mundo si supieran que, en Indiana, el valor del número Pi, piedra angular de la aritmética, es 4 y no 3,1416? En Kentucky se establece por ley que sus ciudadanos han de lavarse, como mínimo, una vez al año. Además, si usted tiene sed y se encuentra en Oklahoma, no olvide que no puede abrir una botella de refresco sin la supervisión de un ingeniero licenciado.
En cuanto a civismo, el sudeste asiático se lleva la palma. En Singapur y en Tailandia está prohibida la venta y consumo de chicle y las multas por tirar uno usado al suelo pueden llegar a ser muy cuantiosas. Los suizos no se quedan muy rezagados en este aspecto, ya que tienen prohibido tirar de la cadena más tarde de las 10 de la noche.
Prueba de que estas leyes son herencia de tiempos pasados es la legislación de Montana y Dakota del Sur. En estos dos estados del norte de EEUU se estipula que un ciudadano está en su derecho de disparar a los indios nativos, siempre y cuando éstos conformen un grupo de siete o más individuos. Por otro lado, en el Reino Unido, todos los jóvenes mayores de 14 años están obligados a llevar consigo un arco y sus flechas y practicar con él dos horas al día.
En asuntos hogareños también nos encontramos con leyes curiosas. En Suecia, uno debe pedir permiso a las autoridades si quiere pintar su casa, sólo un electricista titulado puede cambiar una bombilla en Australia y en Canadá no está permitido trepar a los árboles. Además, la legislación británica prohíbe sacar la cama por la ventana.
En Noruega consideran que la fiebre política puede suponer un serio problema ciudadano, por lo que no está permitida la venta de bebidas alcohólicas de graduación superior a 4,75 en época de elecciones. Por su parte, Camboya prohíbe el uso y venta de pistolas de agua en Año Nuevo ante el peligro de que alguien las confunda con armas de verdad y pueda provocar un tiroteo.
Justicia animal
Si hay una ley cuanto menos insólita es la que prohíbe cazar ballenas en
Nebraska. Los movimientos ecologistas llevarían su ejemplo por todo el planeta si no fuera porque este territorio se encuentra a más de 2.000 kilómetros de distancia de mar abierto.
Napoleón Bonaparte, una de las figuras históricas de mayor renombre, tiene también su pequeño apartado en esta lista de las leyes más insólitas. Viendo el poco respeto con el que le trataban algunos de sus compatriotas, el caudillo francés prohibió bautizar a los cerdos con su nombre, ley que se perpetúa hasta nuestros días en la legislación gala.
Por otro lado, la zoofilia también está recogida y regulada en las leyes de todo el planeta. De este modo, la ley islámica señala que un musulmán no puede comerse un cordero con el que haya mantenido relaciones sexuales con anterioridad. En el estado de Virginia se estipula que un hombre no puede tener sexo con un animal si éste pesa menos de 15 kilos, mientras que en Florida está prohibido hacerlo con un puercoespín. Además, en Líbano se permite a los hombres mantener relaciones sexuales con animales siempre y cuando éstos sean hembras. Si son machos, uno debe andarse con cuidado, ya que podría ser condenado a muerte.
Que el tópico "allá de donde fueres, haz lo que vieres" es uno de los consejos más sensatos del mundo a la hora de viajar, es algo bien sabido. Hay lugares en los que el turista más despistado se puede encontrar con determinadas leyes y normas cívicas que pueden tornar su visita en una experiencia rocambolesca o, incluso, en un recuerdo desagradable.
Cada país es un crisol de tradiciones, costumbres y leyes que lo hacen particular y diferente a ojos de los demás. Es esta diversidad la que motiva, en muchas ocasiones, a los turistas a viajar a otros lugares, visitar otras ciudades y conocer otras culturas.
Pero, en algunos casos, este afán por descubrir provoca que el confiado viajero se encuentre con determinadas normas cívicas que chocan con la concepción que uno tiene del ideal de justicia. Son una serie de leyes u ordenanzas que se han perpetuado en el tiempo, ya sea por tradición o por convicciones sociales o religiosas, que, en muchos casos, no se cumplen a rajatabla y que siguen siendo tan válidas como las demás.
De este modo, hay todo un listado de leyes que podrían ser calificadas, como mínimo, de insólitas o extravagantes, ya sea por su contenido, por sus destinatarios o porque son más propias de otro tiempo y están fuera de lugar.
La mayoría de ellas pertenecen a la legislación anglosajona, que basa su sistema judicial en la jurisprudencia. Así, si un juez dicta una sentencia, por muy rara que ésta sea, sienta un precedente que tiene la misma vigencia y validez normativa que una ley. En otros casos, han sido las creencias religiosas o culturales las que han impuesto esta serie de preceptos.
Puritanismo a golpe de ley
El ámbito que se lleva la palma a la hora de ser legislado por esta serie de normas insólitas es el sexo y sus diferentes prácticas. Sin duda, Estados Unidos aglutina un sinfín de este tipo de
leyes heredadas, en la mayoría de los casos, de la época colonial. Así, nos encontramos con que en Arkansas está prohibido poseer dos vibradores. Claro que, a falta de artilugios mecánicos, uno
siempre puede optar por la solución unipersonal, aunque se debe tener en cuenta que la masturbación está tipificada como delito en muchos estados.
Si es usted mujer, piensa mudarse a Estados Unidos y vivir con amigas en Ohio o Pennsylvania, tenga en cuenta que, en estos dos estados, se las puede acusar de regentar un prostíbulo si habitan cinco o más mujeres en la misma casa. Además, el sexo oral y anal, consideradas prácticas aberrantes en otras épocas, siguen figurando como faltas o, incluso, delitos en los estados de Carolina del Sur, Arkansas, Utah o Dakota del sur, entre otros.
Pero no sólo en Estados Unidos se ha restringido este tipo de prácticas. En Indonesia, el país con mayor número de musulmanes del mundo, el onanismo también está prohibido bajo pena de decapitación.
En Colombia, ciertas tradiciones estipulan que, en la primera noche de un matrimonio, la madre de la contrayente debe estar delante para confirmar la consumación de la unión. De no ser así, el matrimonio podría ser considerado inválido. Mientras, en Bolivia, está penado que un hombre mantenga relaciones sexuales con una madre y su hija al mismo tiempo.
Si nos desplazamos hacia Asia nos encontramos con Singapur, uno de los países en los que uno se topa con mayor número de leyes en cuanto al sexo se refiere. En este pequeño país del sudeste asiático está prohibida la homosexualidad, la pornografía, estar desnudo en casa propia y el sexo oral, éste último siempre y cuando no se realice como entretenimiento.
En Bahrein, un médico no está autorizado a examinar los genitales de una mujer directamente, por lo que tiene que hacerlo valiéndose de un espejo para poder observar la zona en cuestión.
Curioso es el caso de Nueva Guinea, donde está considerado falta grave el mantener relaciones sexuales dentro de las casas. Esto se debe a que la vida social de muchos de los poblados se hace en torno a un edificio comunal y éste no debe ser mancillado por las intimidades de los vecinos.
Por otro lado, tenga cuidado si piensa veranear en la Toscana italiana, puesto que allí está prohibido masajearse en público, arriesgándose uno a multas que pueden alcanzar, en determinados casos, los 10.000 euros. Además, en el país transalpino los hombres no tienen permiso para llevar falda.
Bombones, el valor de Pi o armas nucleares
Curiosa, cuanto menos, es la legislación de Florida. En una de sus leyes se recoge que una mujer soltera no tiene permiso para saltar en paracaídas en domingo.
Una de las normas más sorprendentes (por no decir machista) es la que estipula que en Memphis, Tennesse, si una mujer conduce un coche, un hombre debe precederla agitando una bandera roja avisando al resto de conductores y viandantes de que ésta se aproxima.
Pero, como no siempre el género femenino tiene por qué salir perdiendo, hay ciertos casos en los que ellas salen beneficiadas. En el estado de Idaho se establece que si un hombre regala a su novia o mujer una caja de bombones, ésta no puede pesar menos de 22 kilos.
En cambio, si usted es un terrorista, piénselo dos veces antes de visitar Utah o la localidad de Chico, en California. En ambos lugares se prohíbe detonar un arma nuclear, pero no poseerla. Ahora bien, sepa usted que, en caso de que tenga lugar la deflagración, tendrá que enfrentarse a una multa de 500 dólares.
Además, sorprende saber que en Illinois, cuna política de Barack Obama, actual presidente de Estados Unidos, es ilegal hablar inglés, puesto que el idioma oficial es el americano.
Por otro lado, ¿qué pensarían los científicos de todo el mundo si supieran que, en Indiana, el valor del número Pi, piedra angular de la aritmética, es 4 y no 3,1416? En Kentucky se establece por ley que sus ciudadanos han de lavarse, como mínimo, una vez al año. Además, si usted tiene sed y se encuentra en Oklahoma, no olvide que no puede abrir una botella de refresco sin la supervisión de un ingeniero licenciado.
En cuanto a civismo, el sudeste asiático se lleva la palma. En Singapur y en Tailandia está prohibida la venta y consumo de chicle y las multas por tirar uno usado al suelo pueden llegar a ser muy cuantiosas. Los suizos no se quedan muy rezagados en este aspecto, ya que tienen prohibido tirar de la cadena más tarde de las 10 de la noche.
Prueba de que estas leyes son herencia de tiempos pasados es la legislación de Montana y Dakota del Sur. En estos dos estados del norte de EEUU se estipula que un ciudadano está en su derecho de disparar a los indios nativos, siempre y cuando éstos conformen un grupo de siete o más individuos. Por otro lado, en el Reino Unido, todos los jóvenes mayores de 14 años están obligados a llevar consigo un arco y sus flechas y practicar con él dos horas al día.
En asuntos hogareños también nos encontramos con leyes curiosas. En Suecia, uno debe pedir permiso a las autoridades si quiere pintar su casa, sólo un electricista titulado puede cambiar una bombilla en Australia y en Canadá no está permitido trepar a los árboles. Además, la legislación británica prohíbe sacar la cama por la ventana.
En Noruega consideran que la fiebre política puede suponer un serio problema ciudadano, por lo que no está permitida la venta de bebidas alcohólicas de graduación superior a 4,75 en época de elecciones. Por su parte, Camboya prohíbe el uso y venta de pistolas de agua en Año Nuevo ante el peligro de que alguien las confunda con armas de verdad y pueda provocar un tiroteo.
Justicia animal
Si hay una ley cuanto menos insólita es la que prohíbe cazar ballenas en Nebraska.
Los movimientos ecologistas llevarían su ejemplo por todo el planeta si no fuera porque este territorio se encuentra a más de 2.000 kilómetros de distancia de mar abierto.
Napoleón Bonaparte, una de las figuras históricas de mayor renombre, tiene también su pequeño apartado en esta lista de las leyes más insólitas. Viendo el poco respeto con el que le trataban algunos de sus compatriotas, el caudillo francés prohibió bautizar a los cerdos con su nombre, ley que se perpetúa hasta nuestros días en la legislación gala.
Por otro lado, la zoofilia también está recogida y regulada en las leyes de todo el planeta. De este modo, la ley islámica señala que un musulmán no puede comerse un cordero con el que haya mantenido relaciones sexuales con anterioridad. En el estado de Virginia se estipula que un hombre no puede tener sexo con un animal si éste pesa menos de 15 kilos, mientras que en Florida está prohibido hacerlo con un puercoespín. Además, en Líbano se permite a los hombres mantener relaciones sexuales con animales siempre y cuando éstos sean hembras. Si son machos, uno debe andarse con cuidado, ya que podría ser condenado a muerte.