Cuerpos Incorruptos

Si partimos de la hipótesis de que la degradación del cuerpo está directamente relacionada con las potencialidades de la mente, llegaremos a la conclusión de que la incorruptibilidad orgánica es una consecuencia de esas facultades y de las pautas de comportamiento durante la vida física.



El enigma de los cuerpos incorruptos

nacer es empezar a morir decía el filósofo, y ciertamente así es. Con el paso del tiempo las células que conforman el organismo van degradándose lentamente hasta acabar perdiendo toda su vitalidad, momento en que se produce la necrosis orgánica o muerte física. Sin embargo, para algunas personas teóricamente excepcionales ese hecho no implica el final de la vida física ya que su cuerpo permanece incorrupto en la tumba. Algunos incluso se encuentran henchidos de sangre fresca y permanecen en esa situación durante años, son los llamados fenómenos post-mortem.

Cuerpos Santos incorruptos

Tradicionalmente, se consideran prodigios milagrosos aquellos cuerpos incorruptos que se manifiestan así sin existir causa natural o explicación lógica que lo justifique. Algunos de los cuerpos incorruptos de personajes santificados son considerados en sí mismo como una manifestación divina. Este fenómeno tiene lugar principalmente en países de extremada fe religiosa como Italia, España, Portugal y países de Centro y Sudamérica, así como algunos casos aislados en Francia y otros lugares de Europa.

Dichos cuerpos milagrosos son mostrados al público en fechas señaladas del Catolicismo con el objetivo de estimular la fe de los creyentes. Entre la gran cantidad de cuerpos de santos, beatas y vírgenes, algunos de los cuales incluso sudan y lloran sangre, sobresale el cuerpo incorrupto de santa Teresa Margaret, el cual se halla en Florencia (Italia). Éste se encuentra colocado en una urna transparente desde el año 1770 y todavía se conserva en perfecto estado.

Según el estudio efectuado por el investigador estadounidense Juan Cruz, son 102 los cuerpos incorruptos reconocidos por la Iglesia Católica como milagrosos. Otras religiones también tienen sus correspondientes cuerpos incorruptos que aunque no están contabilizados se supone que pueden llegar a casi un millar.

El cadáver incorrupto de santa Bernadette de Lourdes, fallecida en 1879, despues de transcurrido más de un siglo en ese estado su cuerpo no sólo no se ha deteriorado sino que incluso mantiene el mismo color que tenía en vida.



Motivos y casuística

En la mayoría de los casos los fenómenos de incorruptibilidad duran muchos años, incluso siglos. Su conservación obedece a razones física, térmicas y geológicas.
La existencia de altos niveles de sequedad en el aire y en la tierra produce deshidratación del cuerpo y la consiguiente incorruptibilidad. Por el contrario un alto grado de humedad produciría la rápida descomposición orgánica.
Existen casos excepcionales de difícil explicación, como el de santa Catalina de Siene (1347-1380), que después de morir su cuerpo fue depositado en un féretro que permaneció expuesto al aire libre durante cierto tiempo sufriendo condiciones climatológicas de lluvia y hielo. El ataúd se desmoronó, los vestidos que cubrían al cadáver se destrozaron y sin embargo el cuerpo de la santa permaneció incorrupto.
Otro caso enigmático es el de santa Teresa de Jesús (1515-1582), cuyo cadáver fue enterrado en una zona con un alto grado de humedad. En ella todos los cuerpos se descompusieron rápidamente y en cambio, de forma excepcional, el cuerpo de Teresa de Jesús permaneció incorrupto hasta que fue despedazado producto del expolio del fanatismo religioso.



Fenómenos Post-Mortem

En ocasiones, el fenómeno parabiológico de incorruptibilidad suele ir acompañado de hechos concomitantes que se manifiestan después de producirse el óbito y que durante siglos han sido considerados como sobrenaturales. El fenómeno más común es el llamado olor a santidad, consistente en la emisión de perfumes aromáticos de flores (comúnmente de rosa) cuyo olor impregna intensamente el lugar donde se encuentra el cuerpo incorrupto. Este fenómeno es producto de una extraña reacción bioquímica que libera la emanación osmogenésica.
Otro hecho que a veces se exterioriza consiste en la emanación de un líquido de aspecto aceitoso que sale del cuerpo incorrupto y desprende un olor agradable. En algunos casos, dicho fenómeno se ha podido observar detalladamente, como en el del cadáver de santa Walburga, muerta en el año 779 y de cuyo cuerpo incorrupto emana un aceite que surge del interior de la santa y que además es oloroso.

También se da el caso de encontrar cadáveres repletos de sangre fresca y en estado de licuación permanente, lo que les proporciona, paradójicamente, un aspecto sonrosado de vitalidad. En algunos de ellos aparecen estigmas en el cuerpo después de muertos. Un estudio pormenorizado desveló que estos fenómenos están asociados a personas que en vida ya sufrían procesos de estigmatización, por lo tanto la acción post-mortem sería una consecuencia recurrente por inercia del proceso parabiológico iniciado en vida. Igualmente el pelo y las uñas siguen creciendo después de muerto.

Más inquietantes son los fenómenos de movimientos de los cadáveres dentro de la tumba (manos, brazos, pies, boca, etc.), que pueden ser debidos a contracciones musculares consecuentes del propio proceso reflejo de descomposición. Paralelo a ellos existe la extraña producción de ruidos, sonidos o incluso gritos desde dentro de la tumba que, a excepción de las consecuencias de la propia inercia fisiológica de la descomposición del cuerpo, pueden ser debidos a enterramientos prematuros motivados por estados catatónicos, catalepsias, lapsus cardíacos, etc.
Investigación de los Post-Mortem

La ciencia no acepta que los fenómenos post-mortem aquí expuestos puedan interpretarse como la intervención de una gracia divina que se manifiesta en aquellas personas de extrema religiosidad. Estos mismos fenómenos se dan exactamente igual en todas las religiones y en muchas partes del mundo, e incluso afectan a personas totalmente escépticas sin un ápice de religiosidad.

En general, el fenómeno de incorruptibilidad es consecuencia de las características del terreno donde está enterrado el cuerpo. Se ha comprobado que se produce mayoritariamente en tierras porosas y ricas en metales de hierro y sales, rodeadas de una atmósfera seca productora de hiperventilación y causante de la desecación del cadáver y, por lo tanto, de su incorruptibilidad. La mayor parte de la casuística de momificación de cadáveres se produce en las zonas desérticas del planeta, donde las altas temperaturas eliminan la humedad y generan el acartonamiento del cadáver que se manifiesta en forma de incorruptibilidad.

El fenómeno post-mortem de incorrupción puede producirse también por un proceso de congelación, como el caso del cadáver, perfectamente conservado, encontrado en los Alpes en 1994 y que correspondía a un hombre que vivió hace 4.000 años. En ocasiones, el estado de incorruptibilidad se debe a la permanencia del cuerpo en un alojamiento totalmente hermético que no permite la entrada de aire portador de ningún germen, ni de humedad, ni de luz, etc., como ocurre con los cuerpos enterrados en cajas de zinc soldadas, que impiden o retrasan el proceso de descomposición del cuerpo.
Este fenómeno parabiológico es tomado por los creyentes religiosos como una manifestación divina en forma de milagro. Muchos de esos cuerpos incorruptos, miembros o vísceras de seres pretendidamente santos y mártires, se conservan dentro de conservan dentro de urnas y vitrinas que facilitan la observación del prodigio a los fieles. Este tipo de hechos constituye un misterio todavía no desvelado por la ciencia.



Explicación científica

Generalmente, los estados de incorrupción de los cuerpos son debidos al proceso físico de saponificación del cadáver, consistente del organismo que actúa desde las capas exteriores del cuerpo hacia el interior del mismo. El aire produce el secado de la capa de grasa que envuelve al cuerpo humano la cual, al endurecerse por la acción de las condiciones ambientales, se convierte en una coraza biológica protectora del organismo y que evita su descomposición.
Este hecho explica la mayoría de casos de incorruptibilidad y puede percibirse a simple vista por la tonalidad característica (gris-blanquecina) de la piel producida por dicho proceso bioquímico. La capa de grasa humana es la que, mediante el proceso de dilución de la misma, exuda el líquido convertido en aceitoso que recubre el cadáver.
Curiosamente, al entrar en contacto con el aire produce la reacción olorífera agradable llamada olor a santidad.



Estudio de las hipótesis

La investigación del conjunto de los fenómenos post-mortem arroja evidentes resultados selectivos sobre los mismos. Dichos fenómenos suelen darse en personas que en vida ya manifestaban actividad paranormal y están especialmente ligados a estados de interiorización relacionados con la fe. Son individuos que tenían apariciones de entidades y divinidades, personas que sufrían dramatizaciones místicas en forma de estigmas, experimentaban estados de trance extásico y levitaban o aportaban claro simbolismo religioso.
Estos fenómenos se dan en cadáveres pertenecientes a todas las creencias religiosas repartidas por el mundo, incluyendo agnósticos, ateos e incluso ciertos pueblos indígenas que prácticamente no han tenido contacto con la civilización. Ello indica que estas personas, que en vida manifestaron facultades paranormales inducidas por el factor anímico ideoimaginativo, sumergidas en un estado psi de alteración de conciencia generan el fenómeno parabiológico, independientemente de su creencia religiosa.
El culto a estos cadáveres ensalzados de forma mística ejercita sobre ellos una acción colectiva psicocinética de los creyentes, producto de la unión de varias mentes polarizadas en un mismo proceso ideoimaginativo inconsciente activador del factor psi. Consecuentemente propicia las manifestaciones paranormales de licuaciones de la sangre, surgimiento de estigmas, momificaciones de miembros, etc. Evidentemente es más probable que el proceso parabiológico se produzca como resultado de la actividad humana paranormal, que no por estar poseído por el espíritu de una divinidad sobrenatural.

Conclusión
Las circunstancias psicológicas de los creyentes y las connotaciones físicas del lugar en donde se hallan ubicados los cuerpos, ofrecen la propiedad que tienen algunos cuerpos de resistir la acción destructora de las bacterias heterótrofas que les permite permanecer en un estado de incorruptibilidad.
Sólo la intervención de factores geológicos y atmosféricos de gradientes térmicos, junto con la acción antibactericida de las radiaciones ultravioleta así como las radiaciones ionizantes del ambiente, explican el fenómeno parabiológico de las existencia de los cuerpos incorruptos. Al fin y al cabo el cuerpo sólo es el vehículo físico del ser energético que se transforma.