El denominado Experimento Philadelphia, se encuentra dentro de la leyenda de los fenómenos “extraños” por méritos propios, ya que los hechos acaecidos en un supuesto experimento secreto dirigido
por la U.S. Navy, no dejan de ser, cuanto menos, sorprendentes. El susodicho, habría tenido lugar en los astilleros navales de Philadelphia, Pennsylvania, el 28 de octubre de 1943 y de haberse
producido, en cierta manera se podría considerar que fue realmente un fracaso por los motivos que detallaremos a continuación.
El código militar para denominar este proyecto era Proyecto Rainbow (Arcoiris) que era a su vez un código compartido por otro proyecto sobre un radar de sigilo que se estaba probando en
el prototipo de un nuevo avión, el Lockheed U2, que se desarrollaría como avión espía en la década de los 50. Ahora bien, no existen pruebas de que tuvieran nada que ver ambos proyectos. El
Proyecto Rainbow habría tenido lugar en un pequeño destructor de escolta de la II Guerra Mundial, con el objetivo final de hacerlo totalmente invisible a la detección por parte del
enemigo, en principio a las minas (magnéticas) o cualquier clase de radar pero no se descartaba la invisibilidad óptica del destructor.
El U.S.S. Eldridge en una fotografía de 1943, poco antes de que se llevara a cabo el experimento que le haría famoso.
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El origen del proyecto.
A finales de los años 30, un brillante ingeniero eléctrico llamado Nikola Tesla, originario de Croacia pero residente en Estados Unidos desde 1884 y uno de los más grandes inventores del S.XX. en
las disciplinas de la electricidad y el magnetismo, afirmó haber completado una teoría dinámica de la gravedad, que básicamente explica la gravedad como una mezcla de ondas electromagnéticas
longitudinales y transversales. Estos razonamientos, calaron hondo en un grupo de trabajo que experimentaba con los campos electromagnéticos en la Universidad de Chicago, donde se estaban
iniciando las investigaciones sobre la posibilidad de la invisibilidad a través del uso de campos eléctricos y magnéticos. Este proyecto se habría trasladado en 1939 al Instituto de
Estudios Avanzados de la Universidad de Princeton.
En un momento determinado, se afirmó haber conseguido la invisibilidad de pequeños objetos, con lo que se presentó al gobierno de los Estados Unidos. Los militares, al estar el país en guerra,
vieron el potencial de esta nueva tecnología y decidieron sufragar el curso de las investigaciones a fin de direccionarlas en el sentido que les convenía: su aplicación a la industria
bélica.
Esta fue la base del proyecto que nos atañe, y que estaba dirigido por el Dr. Franklin Rinehart, como aplicación militar a las teorías de Albert Einstein sobre los campos unificados o “teoría
general de la gravitación y electricidad”. Ésta, publicada por primera vez entre 1925 y 1927 en revistas científicas alemanas, postula la naturaleza interrelacional de las fuerzas que constituyen
la radiación electromagnética y la gravedad. A través de una aplicación un tanto “sui generis” de la teoría, se creía posible, con el equipamiento especializado adecuado y la suficiente energía,
curvar la luz alrededor de un objeto y esencialmente convertirlo en invisible.
La Armada, al corriente de las posibilidades, decidió dar luz verde al desarrollo del proyecto. El buque elegido para llevar a cabo el experimento fue el U.S.S. Eldridge (DE-173). Puesto en
servicio en el astillero de Nueva York el 27 de agosto de 1943, inició “oficialmente” las primeras pruebas en julio de 1943 y las finalizó el 12 de agosto del mismo año. Ahora bien, otras fuentes
insisten en que realmente las pruebas tuvieron lugar el 28 de octubre de 1943, pero una serie de evidencias “oficiales”, parecen determinar lo contrario. Según el cuaderno de bitácora y el diario
de guerra del buque, se informaba de lo siguiente:
Esta es la ubicación de las ciudades entre las que, se supone, el U.S.S. Eldridge viajo de forma instantánea durante el experimento.
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Como podemos ver, según la versión oficial, el 28 de octubre, de ninguna de las maneras en el U.S.S Eldridge pudo haberse realizado experimento alguno en Philadelphia, porque éste se encontraba
en Nueva York, con lo que la versión oficinal es que nunca tuvo lugar dicho experimento. Sin embargo, otros proyectos secretos, como el Proyecto Manhattan (desarrollo de la bomba atómica)
oficialmente, nunca tuvieron lugar. De hecho, la U.S. Navy insistió en que todo lo que se tomó como un experimento fantástico de invisibilidad, era sencillamente una confusión con otro en que se
pretendía hacer a los buques invisibles a las minas magnéticas mediante un proceso que se denominó degaussing. La U.S. Navy lo definió como:
“… un proceso en el cual, se instala un sistema de cableado eléctrico alrededor de la circunferencia del casco del buque, de proa a popa y por las bordas de babor y estribor. Una corriente
eléctrica medida, pasa a través de esos cables para anular el campo magnético del buque. El equipamiento para el degaussing fue instalado en el casco de varios buques de la U.S. Navy a fin de
que, cuando se encontraran en lugares en los que podía haber minas magnéticas, estas fueran neutralizadas…”
El experimento.
Ateniéndonos a los hechos, estos se habrían iniciado en junio de 1943, cuando en el destructor de escolta U.S.S. Eldridge, código naval DE-173, es modificado para transportar toneladas de
equipamiento electrónico, entre el que se incluirían dos generadores masivos de 75 Kv cada uno, montados en el lugar que debería ocupar la torreta de cañones de proa, y que distribuían su
potencia a través de cuatro bobinas montadas en cubierta. Tres transmisores RF de 2 megavatios cada uno, 3.000 tubos amplificadores 6L6 (empleados para canalizar los campos de las bobinas de los
dos generadores), circuitos de sincronización y modulación… fueron empleados para generar campos electromagnéticos masivos que, correctamente configurados, serían capaces de curvar las ondas de
luz y de radios alrededor del buque, haciéndolo invisible.
El experimento tendría lugar en los astilleros de Philadelphia, en el mar y al menos en una ocasión, fue visible para la tripulación del mercante de la marina S.S. Andrew Furuseth, uno de los
cuales Carlos Miguel Allende, conocido como Carl Michael Allen, escribió tres cartas al astrónomo Dr. Morris K. Jessup en los 50 describiendo lo que había podido ver: una de las muchas fases del
Experimento Philadelphia.
A las 09:00 horas del 22 de julio de 1943, se activaron los generadores recién instalados en el buque y los campos electromagnéticos se empezaron a conformar. Según diferentes testigos, una bruma
verde empezó a cubrir lentamente al U.S.S. Eldridge, lo que dificultaba la visión del buque. De repente, la bruma que lo cubría desapareció y con ella, el U.S.S. Eldridge: en el lugar en que
hacía un momento se encontraba el barco, ahora no había más que aguas agitadas. Los oficiales de la U.S. Navy y científicos adscritos al proyecto, marineros y testigos, quedaron maravillados, ya
que el buque había desaparecido ante sus ojos. Pero los militares aún se sorprendieron más al descubrir que también había desaparecido del radar: era completamente invisible.
Todo había salido a pedir de boca y unos quince minutos después, ordenaron a los hombres de la tripulación, apagar los generadores. Ahora el efecto era el contrario: lentamente fue apareciendo la
bruma verde y con ella el U.S.S. Eldridge empezó a materializarse. Sin embargo, algo había ido mal. Cuando el personal de tierra subió a bordo, los miembros de la tripulación estaban
desorientados y con evidentes síntomas de náuseas. Esa tripulación fue inmediatamente retirada y se consiguió otra tripulación de repuesto para llevar a cabo un segundo experimento: en lugar de
conseguir la invisibilidad total, ahora se pretendía hacer desaparecer al buque únicamente del radar, con lo que se debía modificar el equipamiento.
El 28 de octubre de 1943, a las 17:15 horas, se llevó a cabo la prueba final en el U.S.S. Eldridge. El los generadores del campo electromagnético se activaron y el buque fue prácticamente
invisible. Únicamente el tenue contorno del casco permanecía a la vista, en el agua. Todo parecía ir correctamente los primeros segundos, cuando de repente una cegadora luz azul hizo desaparecer
al barco. En cuestión de segundos, éste apareció de repente a 600 kilómetros, concretamente en la base naval de la U.S. Navy en Norfolk, Virginia, donde permaneció por cuestión de minutos a la
vista del perplejo personal de la base. Y así como apareció en Virginia, desapareció de nuevo y volvió a aparecer en el punto de origen, en los astilleros navales de Philadelphia.
Esta vez, los efectos en la tripulación fueron más serios: mareos muy violentos, personal que desapareció por completo, otros que simplemente se volvieron locos o padecieron esquizofrenia severa,
y lo más terrorífico fue el hallazgo de cinco miembros de la tripulación fundidos completamente con la estructura de metal de la proa del buque. Los supervivientes nunca fueron los mismos, y
permanecieron una suerte de amnesia total.
Lo que iba a ser un experimento de camuflaje electrónico, se convirtió, por azar, en una teletransportación accidental de un barco entero y su tripulación a una gran distancia del lugar de origen
y por espacio de varios minutos.