Abuelito dime tú, lo que dice el viento en su canción, abuelito dime tú porqué llovió porqué nevó, dime porqué…. Con este inconfundible coro nos trasladamos de inmediato a los Alpes suizos donde vivió Heidi. Heidi (cuyo nombre verdadero es Adelaida) es una niña huérfana que durante los primeros años de su vida ha estado bajo el cuidado de su tía Dete. Un día, Dete tiene la oportunidad de trabajar en Frankfurt con una familia rica, pero como no puede llevar a Heidi decide recurrir al abuelo de la niña, un anciano que vive una vida de ermitaño en las montañas cercanas al pueblo de Dorfli. El abuelo acepta de muy mala gana cuidar a Heidi, pero la inocencia y bondad de Heidi terminan por cautivarlo de modo que su carácter duro acaba ablandándose y poco a poco comienza a aceptar la idea de reintegrarse a la sociedad.
Aunque la serie animada se empezó a emitir a mediados de los años 70, el personaje en realidad tiene unos 130 años, pues Heidi fue creada por Johanna Spyri, una escritora suiza que concibió el personaje en 1870 en medio de los rigores de la guerra franco-prusiana. Spyri creó la obra en dos partes: Heidi, en 1880, y De nuevo Heidi, en 1881. A partir de 1885 las siguientes ediciones unieron las dos novelas en un sólo tomo, y es así como se conoce la historia en todo el mundo, ya que las traducciones se basaron en la novela unificada. La serie animada, basada en el libro, fue producida por la empresa japonesa Zuiyo Eizo, mas tarde Nipon Animation. Además de la serie televisiva, “Heidi” protagonizó un total de 10 películas, la más conocida fue la realizada en Hollywood en 1937, protagonizada por Shirley Temple.
Hay una pequeña zona de suiza a la que han bautizado con el gracioso nombre de Heidiland. Es una tierra a orilla del Walensee que a pesar de ser un espacio reducido ofrece muchas atracciones, principalmente en invierno, en especial para las familias con niños. Aquí estamos en las tierras de la famosa Heidi, la niña de los Alpes, así que nos sentiremos con en esa novela.
La región se sitúa en plenos Alpes, cerca de la frontera de Liechtenstein y Austria e incluye Maienfeld, la ciudad más cercana del lugar donde Heidi vivía. En la actualidad es un destino muy visitado por ciudadanos japoneses. En Maienfeld se encuentra La Casa de Heidi, una recreación de la cabaña del abuelo.
En verano en Heidiland, podemos andar en bicicleta por las largas orillas del Walensee, llegar caminando hasta el dique del río Rin, o bien podemos pagar unas vacaciones divertidas en una granja o jugar al golf en alguno de sus hoteles.
Pero en invierno es realmente cuando esta zona se luce con sus ofertas porque como buena zona alpina tiene todo para aquel a quien le gusta disfrutar de la nieve: pistas de esquí, escaladas a cascadas que están heladas, esquí nórdico con pista iluminada, descensos con luna llena, un camino de trineo de mas de 7 kilómetros, pistas de carving, safari de trineos y para después del ejercicio unas ricas fondeus de queso.
Aquí tenemos nieve garantizada apenas comienza la temporada en el mes de noviembre.
¿En serio?… Pues sí, porque Heidiland tiene unos modernos equipos que fabrican nieve artificial así que pueden comenzar la temporada invernal antes de que caiga un solo copo. Tiene además un telemmonte para niños que permite a los más pequeños trepar hasta la salida de la pista, y siempre nos podemos relajar en el baño termal con mas agua de toda Europa, el Tamina-Therme que tiene el agua a 34ºC.
A Heidiland podemos entonces llegar en coche ya que la mayor parte de sus atracciones están a solo 30 km de Weesen, a unos 75 km del aeropuerto de Zurich-Kloten y a 45 minutos del Lago Constanza. También podemos llegar en avión a Zurich-Kloten y de ahí trepar a un tren que nos lleva directo a Heidiland, y finalmente en buses públicos.
La zona es ideal para moverse sin coche pues todo esta cerca, hay funiculares y pasos de montaña, así que podemos hacerlo a pie o en bicicleta.