Arturo García Rodríguez (n. 8 de mayo de 1905), conocido como Arturo de Córdova, fue un actor mexicano, de la llamada "Época de Oro del Cine Mexicano, filmó más de noventa películas. Poseedor de una voz profunda, de sonoros matices y de un acento ligeramente argentino que lo acompañaría en todas sus actuaciones.
Nació en la ciudad de Mérida, Yucatán, un día 8 de mayo de 1905. De los once a los veinte años de edad vivió en la Argentina, lo que le valió adquirir ese acento tan distintivo y propio de él. A su regreso a su natal Mérida, se ocupó como locutor de radio, profesión en la que siguió desempeñándose después de su traslado a la ciudad de México, en la legendaria XEW. Falleció el 3 de noviembre de 1973, en la ciudad de México, Distrito Federal.
En 1943 inicia su trayectoria artística en Por quién doblan las campanas, cinta filmada en Hollywood. Posteriormente, a su regreso a México, inicia su destacada trayectoria artística que lo llevaría a filmar prestigiadas películas como: Que Dios se lo pague, dirigida por Luis César Amadori; En la palma de tu mano y El rebozo de Soledad, estas últimas dirigidas por Roberto Gavaldón, habiéndole valido la primera de ellas el primero de los tres premios Ariel que obtendría a lo largo de su carrera artística. También son memorables sus actuaciones en: Él, dirigida por Luis Buñuel; El esqueleto de la señora Morales, dirigida por Rogelio A. González, y El gángster, dirigida por Luis Alcoriza. Hizo suya la frase "Eso no tiene la menor importancia" que citó en varias de sus películas.
En los inicios de su carrera, en los años 30's, se le relacionó con la temperamental actriz Lupe Vélez, mientras filmaban la cinta La Zandunga (1938). Mas adelante, estuvo unido a la actriz argentina Marga López, con quien vivió en México hasta el día de su fallecimiento y con quien trabajó en la última película en donde participó: El Profe, cinta dirigida por Miguel M. Delgado en noviembre de 1970 cuyo principal actor fue Cantinflas.
Algunos medios especularon que tuvo una relación de pareja con Ramón Gay, quien habría de morir asesinado frente a la actriz Evangelina Elizondo (amiga de éste y compañeros de trabajo ambos en la obra 30 segundos de amor en el Teatro Rotonda), al llegar juntos al domicilio de Evangelina, a manos del ex marido de ésta, el ingeniero petrolero José Luis Paganoni, la madrugada del 27 de mayo de 1960. Véase, al respecto, en el periódico El Universal (18 de septiembre del 2006) la crónica "Un charco de sangre", elaborada en la columna "Crónicas neuróticas" del escritor Rafael Pérez Gay, cuyo padre y Ramón "fueron primos hermanos y amigos inseparables durante su adolescencia y juventud"