Hacia 1982, conocimos una interesante variante del tema “Casas embrujadas”. Fue: “POLTERGEIST”, subtitulada para el estreno como “Juegos Diabólicos”, y que en algunos países fué doblada al español, también recibió otro subtitulo pintoresco: “Juegos Diabólicos”. Era un buen ejercicio del cine fantástico vinculándose con el de terror sobrenatural, conformando una química perfecta para un filme que nos asombro y hasta nos metió algo de miedo. Una sumatoria de excelentes efectos especiales, de música adecuada -merito del gran Jerry Goldsmith-, buena fotografía, casting actoral correcto, y la dirección de Tobe Hopper, el tejano que paso a la historia en 1974, con su icono “splatter”: “The Texas Chainsaw Massacre”, y que en su haber tiene otra gema del cine-horror “Carnaval del Terror” (1981).
Todo parece indicar que esta basada en uno de los mejores capítulos de la serie televisiva “The Twiling Zone” , aquel titulado “Little girl lost” (“La pequeña niña perdida”), donde unos padres pierden a su hijita, para luego contactarla dentro de su casa, pero tan solo oyen su voz….ya que esta alojada en otra dimensión!.
En “Poltergeist”, se da el enfrentamiento entre una familia y unos espíritus, que hacen acto de presencia a través del televisor, secuestrando a la
niña pequeña de esta familia y llevándosela a algún lugar ubicado en el mas allá.
Hay por el medio, una diminuta vidente que estudia la situación (la estupenda Zelda Rubinstein), y también un oscuro pasado con olor a cementerio indio. Por donde se le vea, la película
es absolutamente entretenida y recomendable. Y como no podía ser de otra manera, tuvo dos inevitables secuelas: una interesante “Poltergeist II” (1986, Brian Gibson), y una mas aburrida:
“Poltergeist III” (1988, Gary Sherman), mas una serie de TV –bastante apócrifa- en los 90’.
A veces la realidad supera a la ficción. Uno de los más claros casos (en verdad: oscurísimos), es la supuesta historia misteriosa que
envuelve “Poltergeist”, con distintos hechos ocurridos y vinculados trágicamente a los artistas de este filme. Nadie puede decir que la maldición se apodere de una simple
película, pero demasiadas son las coincidencias que se dieron aquí:
A poco del estreno de la película, en 1982; Dominique Dunne, joven actriz que personificaba la hija adolescente de la familia., fue asesinada brutalmente por su novio, aparentemente a “causa de
celos”.
Por su lado, la casi protagonista Heather O’Rourke, recordada y bonita niña de cabellos rubios y ojos azules, que había trabajado en los tres filmes, al poco tiempo de finalizar el rodaje de “Poltergeist III”, en 1988, se levantó con fuertes dolores, para luego fallecer en el hospital, con un fatal diagnostico : estenosis intestinal. Enfermedad tan extraña como repentina. Tenía solo 12 años.
La mala racha continuaría con más raras desapariciones, el imponente actor de origen indio: Will Sampson –gigantón que se había dado a conocer en “Atrapado sin salida” (1975, Milos Forman)-, fue convocado para interpretar a un “chaman” (curandero) con poderes curativos en “Poltergeist II”. Al terminar el rodaje, este hombre en apariencia tan fuerte y sano, vio su cuerpo invadido por un cáncer que lo consumió y llevo a la tumba. Otro actor: Julian Beck- fundador de la compañía teatral “Living theater”-, que en la segunda parte encarnaba a un maléfico sacerdote, fue hospitalizado al terminar el rodaje en una clínica de Los Angeles, y se vio atacado por otra misteriosa enfermedad, que origino su deceso semanas después.
También se supo que otros miembros del equipo técnico y artístico, fallecieron al poco tiempo de finalizar los últimos rodajes de la saga. Una mera coincidencia o las consecuencias de una maldición alcanzaron la lógica…?.
Pero cuando la realidad supera a la ficción, esta suele seguir asombrándonos.