Cualquier historia relacionada con el campo de exterminio de Auschwitz, equivale a dolor y horror. Hasta tres millones de personas murieron allí, (2,5 millones exterminados y 500.000 de enfermedad y hambre), aproximadamente alrededor del 90 por ciento de los judíos. En su puerta, el cínico lema nazi, “Arbeit Match Frei”, el trabajo nos hace libres.
En éste escenario trágico del mismo infierno, donde la vida carecía de significado, surgió una trágica historia de amor de dos personas ante la cara inminente de la muerte. Una historia de amor y muerte que podría representar perfectamente, ” la historia de Romeo y Julieta, pero de Auschswitz“. Esta es su historia.
Con el estallido de la Segunda Guerra Mundial, Edward Galinski un joven polaco de 16 años que cursaba estudios de secundaria, fue detenido durante una redada y enviado a la prisión de Tarnów. Unos meses más tarde en junio de 1940, fue trasladado junto con el primer transporte de prisioneros judíos al campo de Auschwitz, de reciente apertura.
Para sobrevivir en un ambiente tan hostil, tuvo que expresar a marchas forzadas, la transformación de niño en un hombre. Una transformación que pronto dominó en las reglas del juego para la supervivencia…”a quién y qué debe evitar y a que aferrarse para poder sobrevivir“.
A principios de 1942, se las arregló para convencer al comandante de la SS Edward Rottengiihrer, para abrir un taller de cerrajería en el campo de prisioneros, no a fin de hacer uso de ellos, sino para poder ayudar…Un taller que le estaba volviendo lentamente al poder. Un poder incalculable de salvación.
Con la excusa de que siempre era falta mucha más mano de obra de profesionales, salvó a menudo personas que incluso no tenían ningún conocimiento de cerrajería. Fue repudiado varias veces por el comandante del campo por un tratamiento demasiado indulgente de los prisioneros.
A finales de 1943 fue asignado a un escuadrón de instaladores para el acondicionamiento del campo de Birkenau. Fue allí donde conoció a Mala Zimetbaum…Edward y Mala se enamoraron a primera vista.
Mala nació en Polonia, pero pasó su infancia y juventud en Bélgica donde sus padres emigraron. En septiembre de 1942 fue detenida durante una ronda en la Estación Central de Amberes y transportada a Auschwitz. Pertenecía a un grupo privilegiado de presos debido al perfecto conocimiento de cinco idiomas: polaco, alemán, flamenco, francés e italiano,..lo que le hacía actuar como interprete y mensajera.
Desde entonces, la pareja de enamorados buscaban cualquier oportunidad para poder reunirse a pesar del peligro. Una historia, que como Romeo y Julieta en su amor imposible, era representada a la sombra de un escenario dantesco de muerte y dolor.
No duró mucho la inquietud de sentir su amor completamente libre, desde hacía meses ya soñaban con disfrutar su felicidad fuera de ese mundo de muerte sin perjuicios. Así que idearon un plan para escapar de un lugar que nadie había conseguido. El plan era tremendamente arrogante y suicida. Edward tenía previsto escapar del campo con su amigo Wieslaw Kielar, (superviviente y autor de la novela autobiográfica, “5 años en Auschwitz“), pero al final el amor le pudo más.
El plan era el siguiente: Edward se vestía como un guardia de la SS que escolta a Mala a través de la puerta de perímetro. Su función, vigilar al prisionero mientras instala un lavabo. Para evitar descubrir que era una mujer, Mala portaba un gran lavabo de porcelana que ocultaba su cabello. Una vez en la puerta principal, Edward mostraría un par de pases especiales de forjado y se les dejaría salir….Y así fue.
El plan se puso en marcha el sábado 24 de junio de 1944 a las 10 de la mañana, y la pareja de enamorados, logró escapar y comenzó su huida al sur, hacia la frontera con Eslovaquia. Cuando llegaron a la frontera todavía en el lado polaco, Mala fue a una tienda para cambiar un anillo de oro por algo de alimentos, una forma de pago que llamó la atención del comerciante, quien informó rápidamente a la policía local de la Gestapo. Mala Zimetbaum fue detenida.
Edward desde la distancia pudo ver como detenían a su amada. Sabiendo que iba a ser ejecutada por la fuga, no dudo en ningún momento y se entregó a la patrulla alemana, no podía incumplir su palabra,..había prometido no separarse nunca de ella.
Dibujo de Edward de su amada
Mala y Edward fueron llevados al Bloque 11 en el campo principal de Auschwitz, un cuartel de castigo conocido como el “Bloque de la muerte“, donde fueron colocados en celdas separadas. Pero a pesar de esto, hicieron todo lo posible para poder tener aunque fuese una pequeña conexión. Hubo un guardia comprensivo que llevó mensajes secretos y todas las noches durante el pase de lista, Edward se detenía por unos instantes para contemplar a través de los barrotes a su amada. Al igual que Julieta y Romeo desde el balcón de la casa Capulettich.
Inscripción en el bloque 11
Lamentablemente semanas más tarde, sus verdugos decidieron que debían ser ejecutados al mismo tiempo. Una vez fuera, Edward desesperado, saltó a la horca antes de la lectura del veredicto, pero los guardias lo pusieron de nuevo en la plataforma. Finalmente después de leer la sentencia, grito “Viva Polonia“, mientras un soldado de la SS precipitaba el taburete por debajo de sus pies.
Cuando llegó el turno de Mala, sacó una hoja de afeitar escondida en el pelo y se cortó las muñecas. La directora de ejecuciones femeninas Maria Mandl dijo, “es una bestia, llevarla directamente al crematorio“. Las enfermeras vendaron los brazos lo más lentamente posible, tratando evitar el crematorio y poder morir desangrada. Finalmente una débil y moribunda Mala dijo a las personas reunidas, “No lloreis, el día del juicio final está muy cerca, recuerden todo lo que nos hicieron“. Mala murió desangrada de camino al crematorio.
Fuente: elbauldejosete